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Editorial
Esa inversión no se debe perder
Hay que alistar todo para proceder a sustentar este pedido, sin olvidar, obviamente, la urgencia de no permitir la sepultura del megaproyecto hasta Bucaramanga.
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Domingo, 5 de Mayo de 2024

Al inaugurar la doble calzada Cúcuta-Pamplona, con tres túneles y 23 puentes, el gobernador William Villamizar Laguado lamentó que mientras aquí se tuvo un final feliz, al seguir hacia Bucaramanga se encuentra con un ‘cuello de botella’ para la movilidad no solo de los Santanderes sino hacia el interior del país.

Muchas situaciones adversas se alinearon para conducir al fracaso del proyecto que estaba previsto en ese tramo, que también contaría con doble calzada y megaobras similares, en una billonaria inversión que se tenía previsto hacer allí y que a la postre terminó en veremos, al decidirse la liquidación del contrato.

A la lamentación del gobernante nortesantandereano de que ese tramo no tuvo la misma suerte de contar con empresas como la concesionaria Sacyr, hay que añadirle que faltó más   gestión y acción en el pasado, cuando ese proyecto resultó con problemas de licencias, financiación y de otra índole, que dificultaron su desarrollo.

Sin embargo, hoy la misión es salvarlo para que no se pierda la oportunidad de tener una doble calzada entre El Picacho y la capital del vecino Santander y diversas obras de mejoramiento y complementarias en territorio nortesantandereano.

“Queremos solicitarles, señor ministro y señor presidente de la ANI, que de esos recursos que estaban destinados inicialmente, por cerca de $1,6 billones  para esa vía y cuyo contrato se va a liquidar, se destinen unas partidas para la intervención, inicialmente, en 17 puntos críticos, por $25.000 millones”.

Este es el pedido que ojalá sea atendido por las autoridades nacionales con el fin de mejorar las condiciones de la ruta vial a su paso por Mutiscua, Silos y Pamplona  y que en los últimos años ha registrado un gran deterioro, generando recientemente protestas de la comunidad que, en primer lugar, reclama esa inversión urgente y que también está en desacuerdo con la congelación para la megaobra  que se tenía prevista hasta Bucaramanga.

Esto es muy lógico hacerlo, porque de lo contrario ahí sí que entraríamos en un escenario distópico, con una superautopista conectada a unos puntos en los que  el deterioro y los daños en la carretera muestran la crítica situación generada por la falta de mantenimiento.

En este sentido hay que darle todo el respaldo a la administración departamental para que, inicialmente, logre el rescate de la inversión de esos dineros para el mejoramiento de la vialidad en ese trayecto que se encuentra en límites con Santander.

Hay que alistar todo para proceder a sustentar este pedido, sin olvidar, obviamente, la urgencia de no permitir la sepultura del megaproyecto hasta Bucaramanga.

El ministro de Transporte, William Camargo Triana, aseguró que en la agenda se encuentran Santander y Norte de Santander, asunto que implica  la urgencia de actuar diligentemente y con  todo el apoyo local y regional para que la gestión arroje los resultados esperados.

El diálogo con las diferentes instancias del Gobierno Nacional es la mejor opción para que la región, como un todo, haga valer su importancia nacional e indique que las obras que se reclaman son fundamentalmente para lograr superar problemas de conectividad con el propósito de atraer inversión, fortalecer y diversificar el tejido empresarial, elevar la productividad, generar empleo  y potenciar el comercio bilateral con Venezuela.

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