Los acontecimientos alrededor de los acuerdos con la guerrilla de las Farc está llegando a su punto final y pronto será definitivo el hecho que este grupo armado se reintegre a la vida civil, esto se colige luego del avance de las conversaciones que pronto completarán cuatro años.
Todavía falta firmar el acuerdo definitivo y la refrendación por parte de los colombianos en un acto democrático donde participen quienes están de acuerdo con este proceso y quienes tienen reparos al mismo. El cocinado está casi listo, con la viabilidad al plebiscito dada por la Corte Constitucional, queda poco camino por andar: la redacción de la pregunta que se le hará a los colombianos, la fijación de la fecha, las reglas de participación de los promotores y de quienes sean partidarios del No o la abstención y los topes de gastos.
Antes debe estar concluido y firmado el acuerdo para desmovilizar a los guerrilleros, el Tribunal de Paz que se encargará de juzgar la conducta de los miembros de este grupo, el mecanismo para participar en política y obtener representación en el Congreso de la República, la reparación de las víctimas y su papel durante el posconflicto. De todo ello se deberá dar amplia difusión para conocimiento general y saber antes del plebiscito la letra menuda, más allá del los títulos y subtítulos.
Es vasto y suficiente el respaldo al plebiscito y al proceso. Estamos de acuerdo en que con la desmovilización, se habrá dado un paso importante a favor del país en procura de la paz. Sin embargo, hay voces contrarias a algunos procedimientos y la voz cantante es la del expresidente Álvaro Uribe quien tiene sus reparos con relación al tema de la impunidad y la elegibilidad de los responsables de delitos de lesa humanidad, sobre lo cual está pidiendo al gobierno que acepte reabrir la discusión.
Lo conocido hasta ahora es que, los partidos políticos han conformado un frente amplio de respaldo al presidente Santos y votarán por el Sí. Allí están el partido de la U, Cambio Radical, los conservadores, los liberales y algunos que hacen parte de la oposición como los verdes. Con ello se garantiza, independiente del umbral, la victoria de esta tendencia. Del otro lado quedaría el Centro Democrático que todavía no ha decidido si hará campaña por el No o la abstención, lo cierto es que no estará apoyando el Si por las objeciones que tiene al contenido de los acuerdos que han de firmarse en la Habana.
De aquí hasta cuando sea la fecha para votar, lo más importante es dar a conocer los acuerdos en su esencia para que todos sepamos sobre que se va a votar, se requiere más que una campaña publicitaria dominada por el simple Si o No. Los políticos son expertos en esto y no se requiere una inversión alta por parte del gobierno que tendrá que gastar del erario en publicidad, sobre la cual se debe imponer la pedagogía y evitar lo que advierte el reconocido publicista Carlos Duque, en la revista Semana: Corremos el peligro de que todo se reduzca a una batalla publicitaria donde prime el slogan y el mensaje cosmético puramente emocional y que terminemos definiendo el futuro del país mirando un espectáculo de fuegos artificiales.
Y mientras tanto, muchas necesidades básicas continúan insatisfechas, lo cual ha sido el origen del conflicto.