En esta semana de pascua el fútbol volvió a ser noticia, no por la resurrección del Cúcuta Deportivo, cómo nos hubiera gustado que así fuera; sino por la buena actuación de la selección colombiana y por la protesta de los jugadores de la Liga local ante la imposición de nuevos horarios para los juegos en este fin de semana y los siguientes mientras se supera la crisis energética.

Los analistas ya se ocuparon en extenso durante la semana para elogiar el desempeño mostrado por la selección de Pekerman en los dos últimos partidos de la eliminatoria para Rusia 2018, especialmente por el juego que ganó a Ecuador, sin dejar olvidar el triunfo sobre Bolivia. Entre los muchos comentarios vertidos en esa materia se destaca el que el equipo volvió a mostrar el nivel exhibido en el mundial de Brasil, solo que ahora con otros actores. Esa es tal vez la mayor virtud que presenta ahora el equipo, la renovación, son pocos los jugadores que sobreviven de las jornadas del último campeonato mundial y sin embargo la esencia del fútbol colombiano sigue viva. La conducción de James y su magnífica actuación también han sido objeto de innumerables ponderaciones por su liderazgo y esfuerzo.

De otro lado, la crisis energética originada en el fenómeno del niño que ha disminuido el caudal de los ríos y el nivel de los embalses, lo cual nos tiene ad portas de un racionamiento de energía, porque el ahorro voluntario que ha pedido con insistencia el gobierno nacional, solo funciona en los días feriados. En estos los porcentajes de disminución en el consumo energético son significativos. Así que se está echando mano de todo aquello que nos permita apagar las luces, porque los premios y castigos económicos, también promulgados por el gobierno no han logrado sus objetivos.

Las jornadas del fútbol profesional tanto de la Liga como de la Copa se realizan en buena parte en horarios nocturnos con gastos de energía eléctrica y en el intento de reducir esa cuota es que la Dimayor programó para este fin de semana partidos solo en horario diurno, comenzando a las 10 de la mañana, lo cual no ha tenido buen recibo por parte de los futbolistas que hasta pancartas ya han exhibido para manifestar su rechazo. Voces autorizadas en esta materia ya han expresado sus motivos para estar en desacuerdo. El principal alegato consiste en que la exposición a altas temperaturas ocasiona deshidratación en los jugadores y probables daños colaterales por esta condición.

El horario de las 3 de la tarde en las ciudades de bajas altitud ha sido la constante y jugar a las 10 de la mañana no marca una gran diferencia. No habrá programación en la mañana o el mediodía en las ciudades que puedan superar los 35º Celsius.  Lo indicado es que se tomen las medidas para proporcionar una buena hidratación antes del partido y que haya descansos para rehidratarse. Hay más pataleta que otra cosa. Todos debemos ser solidarios en este asunto prioritario de la vida nacional, incluidos los futbolistas profesionales.