Los problemas causados por la movilidad en la zona céntrica de la ciudad y la necesidad de contar con un sistema de transporte moderno y funcional son una realidad, no de hoy, sino de hace mucho rato a los cuales los anteriores alcaldes, aunque los tenían bien identificados les hicieron un saludo a la bandera y pasaron de largo, sin tomar cartas en el asunto.
Podría pensarse que los alcaldes de nuestra ciudad en los últimos quince años, o tal vez más, no hicieron nada por dotar a la ciudad de un nuevo sistema de transporte público porque se dedicaron a analizar los que se implementaron en Bogotá, Cali, Cartagena, Pereira, Bucaramanga y otra ciudades; para saber si funcionaban adecuadamente y conocer cuáles fueron sus logros y los inconvenientes que afrontaron en su ejecución, tales como: infraestructura, impacto social, sobrecostos, etc. y de ello poder sacar conclusiones que las pondrían en práctica y le servirían a Cúcuta para contar con un sistema óptimo y de calidad. Porque no de otra manera se entiende que se hayan dejado tomar tanta ventaja de otras ciudades, incluso de aquellas de menor tamaño e importancia.
Mucho del maremágnum y los atascos en las calles de nuestra ciudad son consecuencia de la multiplicidad de empresas de buses y rutas que hoy operan, tampoco existen sitios precisos para recoger y dejar pasajeros, todos funcionan atendiendo al capricho de los usuarios con el estribillo “por donde pueda” Sin descontar la guerra del centavo que tiene vigencia desde hace muchos años, tal vez desde cuando aparecieron los buses y busetas, su competencia hace parte del arte de manejar uno de estos vehículos.
La ineficiencia del sistema generó la aparición de los transportadores piratas, que si se quiere, prestar una función a la ciudadanía, especialmente en horas de la noche, aunque también los hay de día y son una alternativa que con el paso del tiempo ha ido creciendo con la anuencia de las autoridades y el reconocimiento de los usuarios. No obstante por estar en la ilegalidad, deben desaparecer, no sin antes ofrecer a los propietarios de estos vehículos otras alternativas de trabajo para evitar el costo social.
Ahora el alcalde César Rojas ha retomado el tema y parece que con el empeño que amerita la situación para resolver el desorden que se vive en la zona céntrica y en la periferia, extendiéndose a toda el área metropolitana. La idea de crear una empresa de transporte mixta, echando mano de los estudios que ya se hicieron puede dar buen resultado y en un par de años contaría la ciudad con un sistema de transporte urbano funcional y moderno con proyección al futuro para que no se quede corto en sus previsiones.
Esperemos que los plazos no se alarguen, que los costos no sigan creciendo y que el entusiasmo de la administración municipal no mengue; para que tengamos en los próximos años un sistema de transporte apropiado para Cúcuta, que preste su servicio a todo el área metropolitana y sea orgullo de los habitantes de esta ciudad y sus zonas aledañas.