Dentro de una semana será Navidad, que como consta en el calendario vigente cayó el festivo en día domingo. Hoy avanzamos en los días previos haciendo todos los preparativos para esa fecha tan especial, que como es tradicional reúne a la familia para compartir viandas, música y alegría; como parte de una tradición cristiana milenaria.
El ambiente de fiesta se vive en las calles adornadas, el bullicio nocturno durante la celebración de la novena de aguinaldos, el comercio se luce y apunta a tener buenas ventas para terminar el año con saldo a favor. No hay mucho capital para comprar, pero muy seguramente pasaremos estos días con tranquilidad en medio de la parranda propia de la época. No será el sentir entre los vecinos venezolanos, quienes pasan por momentos difíciles, producto de la improvisación y el desatino de un gobierno que les privará de tener unos días felices al culminar este año. Las medidas que tomó el presidente Maduro en lo económico, han sido funestas y contribuyen a que haya más inconvenientes que soluciones.
El retiro de los billetes de cien bolívares con la obligación de consignarlos, trajo como secuencia inmediata una nueva cola, al tiempo que surgió el caos y la confusión entre los venezolanos. La red bancaria no estaba preparada para recoger ese circulante y sucumbió, el plazo previsto inicialmente fue insuficiente y debió ser prolongado a última hora y como si fuera poco, con los billetes de denominación menor no se pueden realizar las transacciones en efectivo que de ordinario se estaban haciendo. La sorpresa fue mayúscula para quienes hicieron la cola en el banco depositaron los billetes de 100 Bs y se fueron al cajero a sacar efectivo para sus compras y el cajero les dispensó billetes de la misma denominación. El sistema de cajeros electrónicos también colapsó.
Las cosas han empeorado y la gente no se aguanta la desesperante situación, por lo que se han producido protestas y saqueos en varios sitios, esto ha ocurrido en los estados de la periferia, con Maracaibo a la cabeza, pero no tardarán en llegar a la gran Caracas.
Como parte de las mismas medidas se cerró nuevamente la frontera con Colombia, luego esta se extendió a Brasil y como en la pasada ocasión las primeras 72 horas no fueron suficientes para el presidente venezolano, por lo cual prolongó la decisión por un lapso igual. Los habitantes del área fronteriza han hecho sentir a las autoridades de la región su situación y como lo reseñó el diario La Nación de San Cristóbal la frontera fue cruzada por unas 400 personas que se agolparon en la línea fronteriza. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que custodiaban el paso fronterizo, los dejó cruzar debido a la gran cantidad de personas que se agruparon, entre ellas mujeres de blanco. Los ciudadanos dijeron que iban al vecino país a comprar alimentos. Otras 800 personas esperan que lleguen los primeros en pasar, para cruzar a Colombia.
Tal parece que no habrá hallacas, el plato favorito de los venezolanos para la navidad, la gaita zuliana y las parrandas sonarán distinto, la problemática social y económica, no da para más. La letra de esa música popular así lo dicen: “Madre mía si el gobierno no ayuda al pueblo zuliano tenéis que meter la mano y mandarlos pa´l infierno” Esperemos que la solución llegue pronto y mucho antes del estallido social que se vislumbra.