El general Tito Castellanos llegó a la dirección del Inpec en medio de una situación compleja. No solo por los escándalos recientes que han afectado a la institución, como la fuga de ‘Matamba’ y los paseos que el empresario Carlos Mattos daba por Bogotá, a pesar de que debería estar recluido en La Picota, sino porque el estado de cosas inconstitucional que existía en las cárceles ya se extendió a las URI y las estaciones de Policía, como lo advirtió esta semana la Corte Constitucional.
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Frente a este panorama crítico, Castellanos tiene la misión de evitar que estas situaciones se sigan presentando. Según explica, en entrevista con Colprensa, las medidas que se están adoptando se orientan a reestructurar la entidad y a fortalecer su personal, pues, según dice hay un déficit de unos 3 mil hombres y mujeres en la institución. Anuncia que los jóvenes que prestan el servicio militar contribuirán a fortalecer la seguridad perimetral de las cárceles.
¿En qué ha podido avanzar desde que llegó al cargo de director del Inpec?
Estamos en un proceso de transformación en el instituto y los procesos de transformación lo que buscan es que mejoremos los procedimientos. A corto plazo estamos buscando un proceso de transparencia, a mediano plazo la transformación viene de la inversión. Estamos tocando puertas. Así como se transformó la Policía, la Contraloría, la Procuraduría. Nos dimos cuenta de que el Banco Interamericano de Desarrollo nos puede aportar mucho en ese tema.
Y el último punto y más importante, la resocialización: estamos buscando cómo la industria privada nos puede apoyar y ayudar a que estos jóvenes, hombres y mujeres que están en estos momentos pagando una condena, los sindicados intramuralmente o en domiciliaria, puedan aportarle a su familia para que el día de mañana cuando salgan tengan un conocimiento que los ayude a ser mejores en la vida.
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¿Cómo van a evitar que escándalos como los presentados en los últimos meses se repitan?
Estamos buscando el apoyo internacional en Tecnología, capacitación y equipamiento de nuestros hombres y mujeres. También buscar la disciplina. Se busca que no se vuelvan a presentar esos desordenes que en estos momentos que gracias a los hombres y mujeres del Inpec estamos controlando y respondiendo positivamente.
Los guardias también se quejan de que no tienen condiciones dignas de trabajo. ¿Cuál es la estrategia para hacer frente a esta situación?
Son dos. Una, tengo entendido que tenemos un déficit de tres mil hombres y mujeres que deben fortalecer el Inpec. ¿Cómo lo hacemos? La forma más rápida es el servicio militar obligatorio que nos puede ayudar a fortalecer la seguridad perimetral. Esto nos va a liberar a los profesionales y al personal de apoyo y custodia para que cumplan con las funciones propias de su servicio que es controlar a todas las personas privadas de la libertad.
También se quejan de jornadas demasiado extensas y bajos salarios, ¿eso no propicia la corrupción?
Afortunadamente, ya se logró llegar a que se trabaje 12 horas por 24. ¿Qué quiere decir? La función de un hombre y mujer del cuerpo de custodia es realizar un conteo a las 6 de la mañana que es cuando se levanta al privado de la libertad y a las 6 de la tarde que es cuando se acuesta. Son 12 horas que es el horario máximo que una persona debe trabajar y en contraprestación, 24 horas de descanso.
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¿Y cómo van a enfrentar la corrupción? En las cárceles se pueden conseguir armas, estupefacientes, etc.
Fortalecimos los protocolos en los ingresos de todos los establecimientos de reclusión a nivel nacional. ¿En qué sentido? Inicialmente haciendo unos registros más exhaustivos, justamente la idea nació de los hombres y mujeres de custodia. Estamos también mirando con la Unidad De Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) cómo lograr el mantenimiento de todo el sistema tecnológico que en algunos momentos está trabajando a un 10%, 20% o 30%.
Sobre el tema de hacinamiento en los centros de detención preventiva, estaciones de Policía y URI, tema sobre el que advirtió esta semana la Corte Constitucional, ¿cómo lo van a resolver?
En los centros carcelarios no tenemos hacinamiento, de acuerdo a la reglamentación de no superar el 20%; tenemos sobrepoblación, que está en un 16.7%. Estamos trabajando en acoger a todos los condenados del país. Pero mire, lo paradójico, tenemos 26 mil sindicados en centros de reclusión del orden nacional, nosotros solo deberíamos tener condenados, si lo vemos desde esa óptica estamos apoyando el deshacinamiento de las estaciones de Policía.
¿Pero qué buscamos?
Se están construyendo tres centros de reclusión grandes en Sabanas de San Ángel (Magdalena), Riohacha (La Guajira) y Risaralda, con capacidad cada uno de 1.500 personas que yo creo que a finales de 2023 e inicios de 2024 ya van a estar en funcionamiento y hay seis más que se están siendo construidos dentro de los mismos centros penitenciarios como ampliaciones modulares con capacidad para 300 a 500 privados de la libertad.
El INPEC ha venido revisando el cumplimiento de las penas de prisión domiciliaria y ha encontrado que 322 personas no las estaban cumpliendo.
¿Qué han descubierto en ese tema?
Se han encontrado muchas novedades que desafortunadamente hemos evidenciado y se ha informado al juez de control de garantías. En un caso, por ejemplo, se empezó a buscar al condenado y nos llevamos la sorpresa de que estaba en la morgue desde hace varios días.
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