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orlando.carvajal@laopinion.com.co
Ella vive hace medio siglo en ese sector, los mismos que este año cumple de haberse construido. En sus reproches diarios, Eloísa no se cansa de pronunciar que el remedio resultó peor que la enfermedad.
Se refiere la mujer al conducto que en 1961 se empezó a construir para mitigar el impacto de las inundaciones por aguas lluvias, pero que ahora, cincuenta años después, se convirtió en el peor ‘cáncer’ que le ha nacido a la ciudad.
El paso por este barrio se transforma en un revoltillo de podredumbre que entremezcla desde residuos de aguas negras hasta niños y niñas corroídos por el veneno de las drogas.
Es toda una cloaca, dice Gerardo Gómez, otro inquilino de este corredor pluvial de la ciudad, propietario de un taller de mecánica sobre la Diagonal Santander, justo a 15 metros del puente Eustorgio Colmenares Baptista.
El industrial asegura que debajo de ese paso elevado se concentra el mayor foco de contaminación que existe en todo el recorrido, desde que nace en Barrio Nuevo hasta que muere en Santa Elena.
“Quien no conozca a Cúcuta y pasa por aquí, lo primero que se llevaría a su mente es que se trata del basurero municipal, pues por el canal circulan como peces colchones de camas dobles, muebles viejos y toda clase de desechos”, describe Gómez.
Al igual que este sistema que fuera bautizado con el nombre de la capital colombiana, también lo están los otros 14 canales de aguas lluvias que existen en el municipio y que hacen parte del Plan Maestro de Alcantarillado Pluvial.
El avanzado estado de deterioro de esta red y la indiferencia con que ha sido mirada por los distintos gobiernos de turno dejó al desnudo la vulnerabilidad de la ciudad en las dos últimas olas invernales que han azotado a Cúcuta. Centenares de viviendas del llano de la ciudad no escaparon de las inundaciones.
Lo grave de esta situación es que una solución de fondo a esta problemática no se conocerá en la actual administración. “No hay plata”, responden los secretarios de Planeación e Infraestructura, José Edgar Caicedo y Leonel Valero Escalante, respectivamente, cuando se les pregunta por el asunto.
Caicedo dio a conocer en reciente entrevista que modernizar el plan maestro de alcantarillado cuesta alrededor de $40.000 millones, porque hay canales como el de San Gerardo, Atalaya y La Cañada, incluyendo el mismo Bogotá, que aún no se han terminado de construir.
Perfil
El Canal Bogotá se empezó a construir en 1961 y la culminación del tramo que llegó hasta la Universidad Libre se produjo en 1967. Su autoría fue obra de la Compañía de Ingeniería Sanitaria (CIS), y su diseño hizo parte del Plan Maestro de Alcantarillado de Cúcuta.
El tramo que va de la Universidad Libre hasta Santa Elena, que es hasta donde llega hoy, se terminó en el 2005.
En total, el recorrido abarca unos 15 kilómetros y atraviesa al menos dos docenas de barrios de la parte central del llano de Cúcuta.