Cuatro días después del accidente que sufrió el pedalista zipaquereño Egan Bernal,
la familia del ciclismo continúa esperando la evolución de salud.
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El campeón del Tour de Francia y el Giro de Italia se estrelló contra un bus, el lunes, en Gachancipá (Cundinamarca), cuando entrenaba con varios de sus compañeros del Ineos.
Tras pasar por tres cirugías, una de columna, el fémur y la rodilla, el corredor se encuentra en observación en la sala de cuidados intensivos de la clínica de la Universidad de la Sabana a donde fue llevado y operado. Los galenos del centro clínico han estado atentos y esperando que se cumplan las 72 horas y ver cómo se siente Egan.
No obstante, el volver a verlo en las carreteras compitiendo pronto es prematuro y difícil por la complejidad de la caída y de cada una de las cirugías a las que debió ser sometido.
La Opinión dialogó con el médico cucuteño Omar Páez Jaimes, quien ha trabajado con equipos de ciclismo profesional como Androni Sidermerc, Bono del Ciclismo y el Cúcuta Deportivo para conocer un poco más de la situación de Egan.
Páez Jaimes traumatólogo, subespecialista en artroscopia y reemplazo en articulaciones, lamentó lo sucedido con el ‘Joven Maravilla’ y dijo que pese a que la intervención quirúrgica que se le hizo fue exitosa, ahora depende de cómo el organismo del deportista reaccione.
Lesiones complejas
Páez precisó que Egan debe recuperarse primero como persona y después pensar en el reacondicionamiento deportivo porque tras el choque pudo haber quedado cuadripléjico o incluso haber perdido la vida. “Es una tristeza y pena que le haya pasado esto a un deportista de la talla y condición de Egan Bernal. La situación es difícil porque sufrió un politrauma severo, con fractura de vértebra, una luxafractura que implicó un movimiento de la columna, que gracias a Dios no terminó en una paraplejia y que hubiera sido una catástrofe”, dijo.
Aparte de ello, la lesión del tórax que afectó el pulmón con sangrado, la rotura completa del fémur y la fractura de la rótula.