Tuvieron que pasar 28 días para que el canciller Álvaro Leyva rompiera su silencio acerca de la silla vacía que dejó Colombia durante la sesión de la OEA del pasado 12 de agosto para condenar las violaciones a los Derechos Humanos del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.

La cartera que lidera Leyva publicó un comunicado en el que apuntó que “la ausencia de Colombia en la citada reunión se debió tanto a razones estratégicas como humanitarias y no ideológicas. La ventana de oportunidad para una acción humanitaria de envergadura en Nicaragua coincidió con la votación de ese días”.

Y es que la ausencia del Estado colombiano en la cita de ese organismo para condenar la persecución a la Iglesia Católica por parte de Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo representó decenas de críticas contra el canciller y hasta un llamado a moción de censura por parte de la oposición del Senado.

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Ante los cuestionamientos, la Cancillería insistió en que el gobierno de Gustavo Petro sí “promueve y defiende” los Derechos Humanos, tanto dentro de país como en el exterior.

“Se guardó silencio diplomático debido a que no podíamos hacer públicas las gestiones internacionales que se estaban adelantando antes de obtener el resultados. Esperamos que las filtraciones no tengan consecuencias adversas a lo buscado”, afirmó Álvaro Leyva.

Hay versiones que apuntan a que el Ministerio de Relaciones Exteriores están negociando tras bastidores la aplicación del fallo que emitirá en los próximos meses la Corte Internacional de Justicia en el litigio sobre la delimitación del mar continental que enfrenta a los dos estados desde hace décadas.

Según la cartera, el país tiene una agenda bilateral con la nación caribeña que “requiere de un tratamiento de particular cuidado en el escenario internacional”.

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Desde la oposición la senadora del Centro Democrático, Paola Holguín, sentenció que “es muy delicado que Colombia se ausentara de la sesión del Consejo Permanente de la OEA porque existen dos informes muy graves de 2019 y 2020 por parte del Mecanismo Especial de Seguimiento de la OEA”.

Ese partido promoverá una moción de censura contra el canciller en el Senado, pero es probable que la medida no prospere porque carecen de votos en el legislativo para hacerla efectiva.

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