A tan solo 17 días de que el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, abandone la Casa de Nariño su Gobierno revelará, como un legado al país, detalles inéditos de lo que fue su mayor logro, conseguir la paz con el grupo guerrillero que más historia delictiva tuvo en el país, las FARC.
Los documentos que hasta la fecha han tenido reserva por la seguridad del proceso serán revelados la próxima semana en un acto que presidirá el mandatario saliente. La información estará apostada en la Biblioteca del Proceso de Paz con las FARC-EP, una iniciativa del Estado colombiano que se realizará a través de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz de la Presidencia de la República.
Según lo estipulado, la entrega de informes constará de 10 tomos donde se evidenciará los detalles, documentos, discursos, actas y fotografías más importantes del acuerdo, algunos de los cuales las delegaciones guardaron celosamente con el fin de no afectar el rumbo de las conversaciones llevadas a cabo en la Habana (Cuba).
Los tomos que tienen como objetivo concentrar todas las decisiones del acuerdo, tendrán temas alusivos al inicio de las conversaciones, la instalación de las mesas, la participación política de los miembros del grupo guerrillero, la solución para combatir el problema de las drogas, las medidas de confianza y de no repetición de los hechos delictivos hasta los procesos sociales de las zonas veredales donde se concentraron los excombatientes.
La instalación de esta biblioteca tendrá lugar el próximo 25 de julio y será llevada a cabo en el Teatro Colón, mismo lugar donde se firmó el acuerdo final de paz, y culminará el 3 de agosto en la ciudad de Villavicencio.
El secreto
Como un secreto. Así fue como empezó el acuerdo de paz que buscó el presidente de la República, con el grupo guerrillero hoy desmovilizado de las Farc. Según los documentos conocidos por COLPRENSA en la tarde de este sábado, todo empezó con un llamado del actual mandatario quien contactó a miembros de las Farc para acordar una cita en secreto.
El primer contacto del Presidente de la República, lo realizó el 7 de septiembre del año 2011 a través de Henry Acosta, el hombre que le abrió las puertas al proceso de paz, y quien fue el encargado de anunciar el deseo de negociar en medio de la violencia que se presentaba en ese entonces en el territorio nacional.
En una de las cartas reveladas, se evidencia la forma como Henry aborda a Pablo Catatumbo y miembros del secretariado de las Farc para que se puedan llevar a cabo las negociaciones. “Mi caro amigo. Desear lo mejor para ti y los tuyos, de parte mía y de la Negra. Han sucedido los siguientes hechos. El Presidente Santos me llamó personalmente para que fuera a Palacio y ayer tuve una larga reunión con él. Me dijo que te enviara a ti y a Alfonso Cano el siguiente mensaje, de parte directa de él”, se lee en las primeras líneas de la carta.
En la misiva que no cuenta con más de dos páginas, Acosta le entrega el mensaje del actual mandatario, quien aseguró que quería conseguir la paz, y que si era necesario dispondría de hombres de su confianza, entre ellos, su hermano Enrique Santos Calderón, para que su deseo se llevará a cabo. Del mismo modo, les manifestó que había dos países donde se podría dar el primer encuentro.
“Dígales a Alfonso Cano y a Pablo Catatumbo que quiero hacer la paz con ellos. Que los invito a que dialoguemos en un encuentro secreto, que puede ser en el Brasil o en Suecia. Que yo ya conversé con Amorim y Fobim, ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa del Brasil, y tengo todo el apoyo de ese país para que nos faciliten su territorio y logística, a fin de realizar este encuentro secreto entre el Gobierno colombiano y las FARC”, se lee en la carta revelada.
Santos también señaló que con el país sueco también todo estaba coordinado. Reiteró una y otra vez que las primeras conversaciones se llevarían a cabo de manera secreta. “Dígales que ese encuentro secreto es realmente eso: secreto, y que es directo entre dos delegados del Gobierno y dos delegados de las FARC. Que no habrá intermediarios, ya sean países o personas, porque la paz en Colombia es una responsabilidad de nosotros los colombianos y de nadie más”, decía Santos en su mensaje a los subversivos.
Desde el primer acercamiento del mandatario con los miembros del grupo guerrillero, señaló que tenía la voluntad de conversar lo que fuese necesario para llegar a una negociación política del conflicto. “(…) y que cuando todo esté acordado y el Gobierno y las FARC lo crean conveniente, entonces hacemos público lo acordado”.
El mandatario señaló de nuevo que el acercamiento con las Farc sería sumamente privado y confidencial, y en caso que se llegará a filtrar alguna información sobre su encuentro, éste negaría sus intenciones por conseguir la paz y dicho llamado a los exsubversivos.
Y como un acto de confianza con los miembros del grupo guerrillero y para evitar una negativa de su parte, el mandatario aseguró que el primer encuentro se podía registrar en territorio colombiano. Del mismo modo, les solicitó que en dicho acercamiento se presentará ‘Pablo Catatumbo’ o ‘Alfonso Cano’.
“Dígales que les propongo que mi hermano Enrique Santos Calderón hable con Alfonso Cano y/o Pablo Catatumbo, de quienes es amigo. Esta conversación puede ser primero con Alfonso Cano y/o Pablo Catatumbo, dentro del país, de manera secreta, y luego en el encuentro secreto en el Brasil o en Suecia, con los delegados de las FARC. Dígales que sería muy positivo que de parte de las FARC estuvieran en ese encuentro secreto dos personas del Secretariado, ojalá Pablo Catatumbo y otro, y que de parte del Gobierno estarían, como delegados directos míos, mi hermano Enrique Santos Calderón y Frank Pearl. Dígales que si Alfonso Cano y Pablo Catatumbo van a ese encuentro secreto, yo estaría personalmente conversando con ellos”, se lee en la misiva enviada a Catatumbo.
Por último, Santos en su encuentro con Acosta no escatimó en asegurar que el tema de la paz solamente sería tratado directamente por él, y esperaba que desde el grupo guerrillero, su interlocutor siguiera siendo Acosta. “Dígales que yo conversaré personalmente con usted acerca de esta propuesta, y que por el momento no delego en nadie este tema y que ellos, por favor, utilicen este mismo canal, por donde estoy enviando este mensaje”.
Santos cerró su mensaje con un, “dígales que quiero que hagamos la paz, con dignidad y sin mentira”, quedando atento de una pronta respuesta por parte de los comandantes del grupo guerrillero que fomentó el pánico y generó cuantiosas muertes en el Estado colombiano.
La respuesta que esperaba Santos
Pasó más de un mes para que el presidente tuviese una respuesta del secretariado del grupo al margen de la ley. Éste llegó el 15 de octubre de 2010, con seis puntos específicos en el que además de duros señalamientos contra gobiernos anteriores, cuestionaba las garantías con las que se producirían el primer encuentro. Sumado a ello, mencionaba la muerte del ‘Mono Jojoy’ que se registró precisamente, 15 días después de que Santos mostrara su deseo por buscar la paz.
“Te confieso que no había respondido antes la propuesta contenida en tu nota, porque me llegó antecitos de todo el trajín que sucedió después del vil asesinato del Mono, que, como tú sabes, era mi gran amigo”, se lee en la misiva.
Y como si fuese un teléfono donde del otro lado respondería el presidente de la República, ‘Catatumbo’, empezó con su relato en el que no escatimó en mencionar los intentos fallidos de los gobiernos colombianos por alcanzar algún acuerdo con ellos y encontrar la paz.
“Históricamente, cada vez que hemos iniciado acercamientos con los distintos gobiernos para dialogar sobre soluciones políticas al conflicto, los distintos gobiernos de la oligarquía están presupuestando la terminación del alzamiento en armado sin que medie, absolutamente, ningún cambio importante en las estructuras sociopolíticas ni del régimen político del país. Cuanto más se ha venido es a una suerte de engaños y supuestos beneficios y prebendas personales, con ribetes de soborno o rendición incondicional”, respondió Catatumbo.
En su misiva no escatimó en mencionar que si el deseo de buscar la paz, coincidía en sus deseos por llegar a la política, éste acto se podría llevar a cabo con el fin de buscar “una paz duradera y una justicia social". Y como en ese sentido, iban acordes ambas partes, no escatimó el excombatiente de las Farc, en saludar con fraternidad los deseos del mandatario hoy saliente.
“Saludamos y vemos como un gesto positivo y que allana el camino el hecho de que el presidente encuentre justos algunos de nuestros planteamientos expuestos en la plataforma bolivariana, y que opine que en dicha plataforma hay espacio para una negociación y para llegar a un acuerdo o solución política del conflicto”, se lee en el documento revelado.
En la misiva, el vocero de la guerrilla consideró que fue un buen gesto que el presidente de la República, hubiese destinado a su hermano para que se realizara los primeros contactos con el grupo al margen de la ley. Sin embargo, y pese a que valoró esta acción, aseguró que le asaltaban algunas incertidumbres sobre las garantías de su primer encuentro y estas inquietudes las expuso de manera elocuente.
“No desconocerás que en esas condiciones y tal y como está el ambiente, con un agresivo militarismo delirante, sediento de sangre y muerte, todo será muy complicado. ¿Cómo se garantiza que no habrá trampas en un encuentro secreto dentro o fuera del país? ¿Cuáles son, más allá de las palabras, las garantías ofrecidas a nosotros por los gobiernos del Brasil o de Suecia?”, dijo el excomandante.
Estas inquietudes le surgieron al exsubversivo, debido a los constantes incumplimientos por parte de los anteriores gobiernos, pero no escatimó en asegurar que desde el mandato del general Rojas Pinilla, Belisario Betancourt, César Gaviria y Andrés Pastrana, la palabra del Gobierno colombiano ha estado “devaluada”.
En relación a la confianza que les podría brindar el mandato de Santos para el primer encuentro, el excombatiente consideró que éste se podría generar en espacios cercanos a Venezuela o Cuba. “En tal sentido, propondríamos un primer encuentro reservado en territorio colombiano, en zona fronteriza con Venezuela, con la anuencia del gobierno de la hermana República, que por supuesto debe gestionar anticipadamente el gobierno colombiano”.
Pese a todas las inquietudes y señalamientos del secretariado del grupo guerrillero, Catatumbo en su misiva resolvió que dos miembros de EMC asistirían al encuentro que propuso el mandatario. Sin embargo, dejó claro que el primer acercamiento sería solo para verificar las garantías para que un segundo encuentro se llevará a cabo en otra nación.
Las impresiones que generó el pedido de Santos a Acosta
En una tercera misiva revelada por el Gobierno Nacional, Acosta le asegura a Catatumbo que los deseos de Santos por buscar la paz, son diferentes a los que han intentado llevar a cabo los otros gobiernos. “Siento que realmente quiere hacer la paz y negociar con ustedes. Lo que no me pasaba con Uribe, bueno porque además Uribe solo habló de Paz, este año 2010, el 5 de marzo”.
Acosta señaló en su relato que el presidente Santos ha dejado claro que de concretarse el segundo encuentro y confirmarse que iría Catatumbo o Alfonso Cano, él estaría personalmente en ese acercamiento.
En esta misiva, que data del 25 de diciembre de 2010, Acosta entregó el mensaje del presidente quien insistió en que el segundo encuentro se realizara en Suecia o Noruega. Ya que esas naciones habían aceptado financiar y guardar la seguridad física y jurídica de los delegados de las Farc.
En su mensaje el presidente no descartó que el encuentro se podía llevar a cabo en Cuba, sin embargo, consideró que este país ya está muy debilitado para estos encuentros.
Por otro lado, Santos aseguró en su mensaje que la reunión entre ambas delegaciones se podía registrar después del 15 de enero de 2011 y que serían los excombatientes quienes decidieran la fecha formal para que esta se realizara.
Cuatro días después del envío de esta misiva, Pablo Catatumbo le dice a Acosta que Rodrigo Granda fue designado para realizar el primer acercamiento con el Gobierno y de esta manera inició el proceso de paz que culminó con la finalización del conflicto armado de más de 50 años en el país.