Amables lectores: Para no dejarnos manejar de aquellas personas que utilizan vocablos que les suenen bonito, aunque no sepan su significado y que por nuestra falta de conocimientos, les sirven para descrestarnos como a “calentanos del común”. Evitemos que lo anterior nos suceda y aprendamos con un sencillo ejemplo de ganadería, que es entendible para todos y así tendremos mayor claridad sobre algunos de los diversos sistemas políticos que existen en el mundo y con los cuales algunos “sabios” nos quieren descrestar.
A saber: 1) Socialismo: Tienes dos vacas, pero el estado te ordena regalarle una a tu vecino. 2) Comunismo: Posees igualmente dos vacas y el estado te las quita y te compensa regalándote la leche. 3) Fascismo: La propiedad de tus dos vacas te es arrebatada por el estado y adicionalmente te vende la leche. 4) Nazismo: Tus dos vacas son robadas por el estado y para premiarte te fusila. 5) Capitalismo: Eres propietario de dos vacas, vendes una y con el producido de la venta compras un toro y tu ganadería se multiplica y así produces crecimiento en la economía del país. 6) Petrismo: Matas tus dos vacas. Haces un tremendo asado acompañado de ají, yuca y papa. Invitas a tus amigos y no amigos para presumir. Te quedas sin vacas, sin leche, sin comida y culpas de tu desgracia al “Uribismo”.
Desde muy jóvenes oímos a nuestros padres y abuelos hablar sobre la importancia del ahorro para mejorar la calidad de vida de las personas y dotarlas de un escudo protector que les permita asumir las dificultades, con seguridad y sin angustias. El columnista Alejandro Guerrero explica que varios estudios sobre el ahorro “demuestran que para las personas, priorizar el futuro sobre el presente es muy difícil de asimilar” y añade que “tener conciencia de la importancia de contar con ahorros para enfrentar una emergencia y disponer de recursos para una vejez digna son asuntos muy lejanos y poco probable que sucedan”.
Hoy vivimos en una sociedad de consumo con una excitante publicidad que convence de la facilidad para adquirir todo lo que nos provoque y somos capturados por descuentos y promociones sin priorizar lo verdaderamente importante e indispensable de esas compras. El “ya” nos da la sensación de mayor felicidad que el mañana. Muchos utilizan la alcancía o marranito, el baúl o el colchón para evitarse los costos asociados a las cuentas de ahorro del sector financiero pero esos mecanismos son de corto plazo e implican un gran riesgo para lograr obtener un ahorro estable y progresivo. No olviden los robos a residencias y apartamentos y que el “marranito” está muy cerca de nuestras manos y con la excusa “mañana lo repongo”, lo convertimos con facilidad en compras “no prioritarias”.
Es clave crearnos una cultura de ahorro y para eso practiquemos los siguientes consejos:
1) Definir un monto con el cual se iniciara su ahorro e igualmente cuál será su meta y en cuanto tiempo espera alcanzarla. 2) Con el primer paso definido ya sabe cuándo debe ahorrar mes a mes y ya superada su meta aumente el monto mensual para tener un ahorro progresivo. 3) Si obtiene un ingreso adicional ahorre un alto porcentaje de él. 4) Busque en el sector financiero mecanismos de ahorro que resulten rentables, sin mayor riesgo y con un bajo costo.