Aterrizando el viernes en Cúcuta no se sabe qué fue peor, si la llegada después de tres intentos ya que los que los vientos cruzados eran muy fuertes, o las noticias y rumores sobre los excesos de la alcaldía que ya finalizando su período llegaron a esa fase de soberbia, “de raspar la olla”, de pasarse por encima de todo, de la ley, adjudicando una licitación de más de 9 mil millones de pesos dizque para hacer unos separadores para prevenir los accidentes peatonales por la Libertadores.

La alcaldía se burla de la ciudad, la gente está indignada. Que sepa los únicos accidentes peatonales que han ocurrido en el Malecón son los transeúntes que en estado de alicoramiento caen, pero por los efectos de la rumba, y habrán otros seguramente que sufren tropiezos pero por los excesos de la marihuana. Tengo en mis manos el certificado de necesidad de la obra, número 14782: “Actualmente los andenes y corredores peatonales se encuentran en alto estado de deterioro. Esta problemática no está garantizando una adecuada movilidad”. El nuevo procurador y la fiscalía deberían intervenir para prevenir ya estos excesos de la alcaldía.

Y ahí no paran los excesos, es que hasta se burlan de la ciudad, pensaba mientras miraba el viernes en la noche cuanto podría haber gastado la administración municipal en esas inútiles mesas debajo del puente de San Mateo que algún zurrón en la alcaldía las proyecta como una obra necesaria para la ciudad. Sigan “raspando la olla” que supongo que hasta en Méjico iban a celebrar. Y ahí no para la burla, no es sino seguir por la diagonal y leer un luminoso aviso: “Cúcuta es la ciudad más bonita de América…hemos tapado 10.700 huecos”.

Así es, en efecto hoy en día vemos muchos gobernantes que con el transcurso de los meses en el poder pierden la cordura, la sensatez y prefieren pasar por alto ese mal momento moral que atraviesa la ciudad, en la que, en este año hay tres ex alcaldes con líos judiciales por otros excesos que hubo en la ciudad. Pobre ciudad lo que en años ha tenido que soportar, y eso que en el 2019 muchos creímos que ese triunfo del partido Verde, era el inicio de un nuevo capítulo para Cúcuta. Estábamos muy equivocados.

En noviembre pasado tuve oportunidad de hablar con el excandidato Sergio Fajardo sobre los temas de la ciudad, y mostraba su desencanto sobre la manera como ha sido gobernada Cúcuta en estos tres largos años. Y faltan más avisos engañosos: “Diciendo y haciendo. 13% reducción histórica del desempleo – ni el DANE le cree -, 14 frentes de obra – faltó citar la de Cuatro Vientos que entiendo la fiscalía avanza en la investigación -, 60 kilómetros de vías recuperadas, 35 parques con wifi gratis”. Si, aquí sucede igual a aquella famosa anécdota histórica del poeta Víctor Hugo a quien en 1860 le llevaron a París la constitución de Rionegro, y una vez leída dijo “Si todo lo que dice ahí es cierto, ese debe ser un país de ángeles”.

Sí, como dice el luminoso aviso de la diagonal, Cúcuta es la ciudad más bonita de América. Ahí se equivocó el concejo municipal al no haber autorizado el viaje del alcalde a Méjico – que ahora compite con Verónica Alcozer en quien hace más viajes al exterior-, porque seguramente desde la plaza Garibaldi el alcalde quería decirle a todos los invitados, probablemente con un par de tequilas en la cabeza, muy merecidos por el anuncio que iría hacer: “ahora la mejor ciudad de América no es New York, ni Río de Janeiro, ahora es Cúcuta  la mejor ciudad de América, una ciudad de ángeles” .

La verdad, en mi caso, voy a tratar de no dejarme llevar de los malos comentarios que hay en la ciudad sobre esta administración, y desde ya anuncio mi voto para que la reelijan en el 2050. Esto es “Diciendo y haciendo”.