Me gustan las noches. La noche se hizo para descansar y dormir. Las cosas más sabrosas se hacen de noche: dar serenatas, discotequiar, rumbear, visitar a la novia, “salir”, leer y escribir, y hasta dormir. El hombre sale del trabajo al atardecer, se baña, se cambia de ropa, se perfuma y se larga de noche a lo que sea. La mujer que no tiene compromiso sale del trabajo al atardecer, se baña, se cambia de ropas, se perfuma y se sienta de noche a esperar que llegue el que “la va a sacar”, con el que va a “salir”. Todo de noche.
Los poetas esperan la noche para hacerle poemas a la luna o a la brisa nocturna o a “tu cuerpo que adivino en la oscuridad”. Los músicos esperan la noche para salir a dar serenatas: “Canto al pie de tu ventana, pa´que sepas que te quiero…”.
Y en esto de serenatas, recuerdo mis épocas de estudiante interno en el Instituto Piloto de Pamplona (hoy Instituto Superior). Con dos compañeros conformamos un trío –tres voces, dos guitarras, unas maracas- , y los sábados, a la hora en que el mundo duerme, nos escapábamos del internado, descendíamos por sábanas, saltábamos cercas, un aguardientico p’al frío y a tocar y cantar hasta que el sol se acercaba. Pero una madrugada nos pillaron. Se acabó la vagabundina. Matrícula condicional. Nos arriesgábamos de noche, porque de día las serenatas no enamoran a nadie.
El rocío escoge las noches para caer sobre las flores. La estrella de Belén iluminaba de noche el camino a los Reyes Magos. Y es de noche que los gatos son pardos. ¿Recuerdan ustedes aquella canción tan famosa, Un gato en la oscuridad? Pues nadie ha inventado una canción al gato que duerme todo el día en el sofá.
Hay gente que estudia de noche, gente que trabaja de noche, gente que viaja de noche, gente que enamora dee noche. Los grandes escritores escriben de noche sus grandes obras. Cuenta García Márquez que algunas de sus obras las escribió de noche, en una pensión de paso, a donde llegaban las putitas baratas de la calle con su parejo, y que a él, García Márquez, le tocaba meterse algodón en los oídos para no escuchar los ecos del amor.
No faltará el que me diga que las brujas vuelan de noche y que de noche salen los fantasmas y los cementerios son más tétricos de noche. Y tienen razón. Pero es que a los seres de ultratumba también les gusta la noche para salir a darse su vueltón entre los vivos.
Pues bien. La Alianza Colombo francesa y yo estamos de acuerdo: Para ciertas cosas es mejor la noche. Por eso se inventaron una jornada a nivel mundial (donde quiera que haya Alianzas Francesas) para jalarle a eso de estrujarse el cacumen y producir ideas. Esta noche se llevará a cabo la Noche de las Ideas, con el fin de mejorar un poco nuestra manera de ser, de ponerle algo de dulce a la existencia que a veces se nos pone agria, de vivir un rato distinto y de aprender algo nuevo.
La Alianza Colombo francesa en Cúcuta es una grandiosa realidad, por medio de la cual los franceses y los colombianos nos damos la mano. Allí se nos abre un mundo de posibilidades como aprender a decir mademoiselle, ir a la torre Eiffel y enrolarnos con la cultura francesa.
Esta noche, la Alianza francesa nos abre sus puertas, a partir de las 6, en la Noche de las ideas. Allá nos vemos.
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