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Desde la primera infancia
¿En cuál ciclo escolar, si en primaria o en bachillerato debe impartir esa instrucción?
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Sábado, 27 de Febrero de 2016

La discusión entre la ministra de educación Gina Parodi y el contralor general Alejandro Ordóñez debió zanjarse con el diálogo amable entre los dos funcionarios, sin que tuviera que intervenir la Corte Constitucional en el tema de la educación sexual, la cual no solo está contemplada en la Ley General de Educación desde hace mucho rato, sino que es esencial y debe estimarse como un derecho del cual deben beneficiarse los estudiantes y a su vez es una obligación de las instituciones de educación.

¿En cuál ciclo escolar, si en primaria o en bachillerato debe impartir esa instrucción?

Fue la discusión, trivial por demás, lo cual pasó a ser secundario si se acepta que debe haber una pedagogía en esa materia, la cual debe involucrar todos los aspectos que atañen a la sexualidad y que van mucho más allá de la mera preocupación de los funcionarios por los embarazos a temprana edad.

Pero hasta ahora es probable que no se hayan abordado todos los temas conexos que corresponden a la sexualidad en si misma como una actividad propia de la naturaleza humana y compromete también a la reproducción, las enfermedades de transmisión sexual, el abuso sexual como forma de maltrato, el reconocimiento de otras y diversas opciones de esta actividad y otras prácticas relacionadas.

La información debe darse de acuerdo con parámetros definidos con con claridad y con la pedagogía apropiada, contemplando el respeto debido por los alumnos.

Impartida  por profesores entrenados para transmitir este tipo de enseñanza que conduzca a un conocimiento responsable, porque de otra manera se distorsionará y las consecuencias podrían llegar a ser peores.

Es necesaria la educación porque el desconocimiento es el que conduce a una sexualidad en buena medida irresponsable por los niños y adolescentes.

Esta debe empezar por la familia y tener su refuerzo en la escuela y el colegio.

Las estadísticas muestran que el nivel de ignorancia esta en proporción directa con las conductas de abuso sexual por desconocimiento de los derechos que le asisten a los niños bien sean del sexo masculino o femenino.

Es la misma causa y con similares características en el caso de los embarazos en la adolescencia.

El ministerio de educación debería estar más preocupado por los contenidos y la capacitación de los docentes en esta materia echando mano de los métodos y políticas trazadas en este campo en otros países,  donde la instrucción sobre sexualidad cumple a cabalmente sus objetivos y son pocos los casos de problemas conexos con ella.

La educación en este y en otros campos  – necesaria y saludable – nos conducirá a mejorar las condiciones de vida y eludir los problemas derivados de la ignorancia, entre otras cosas, los embarazos de adolescentes y recién nacidos no deseados.

Y que empiece desde la primera infancia.

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