Se ha hablado, escrito y censurado mucho, sobre el contrabando de carne, y sin embargo, el delito continúa ocurriendo de manera permanente, con todas las consecuencias posibles, especialmente la de la transmisión de la fiebre aftosa, que entre nosotros, hacía varios años, no se presentaba, gracias a la vacunación eficiente y total contra la enfermedad.
Y el peligro del contagio resultó cierto, porque como decía un ganadero, conocedor de la situación del campo en la hermana república de Venezuela, si no hay papel higiénico, mucho menos vacuna contra la fiebre aftosa, motivo por el cual, el peligro de la contaminación de la enfermedad, es real, no solo por el paso de contrabando de animales, sin la respectiva vacuna, sino por el paso de carne y leche de animales potencialmente enfermos, o portadores del virus, como se comprobó por los episodios de la enfermedad, que se han presentado.
Y ¿por qué se presenta con diaria ocurrencia, el paso de carne de Venezuela? Sencillamente, porque aquí entre nosotros, no hay suficiente oferta de carne colombiana, ya que la ciudad y el departamento no producen el ganado suficiente para evitar el paso del codiciado alimento, para buena parte de la población, no por toda, afortunadamente.
Muchos años atrás, cuando la moneda venezolana, no se había devaluado tanto, como ocurre todos los días, por la altísima inflación, una de las más altas del mundo, la diferencia de precio de los artículos, en uno y otro país, no era tan evidente, y el contrabando, no solo de carne sino de gasolina y otros productos, no era problema de todos los días, en la forma masiva, como hoy ocurre.
Entonces, por la diferencia de precio de la carne, de origen colombiana y por la falta de oferta de ganado criollo, se ha fomentado hasta límites, no existentes antes, el comercio ilegal de este apetitoso alimento, sin el cual, en buena cantidad, muchos habitantes no todos, no se sienten bien alimentados, y con suficientes fuerzas, para el duro trabajo de todos los días.
Los ganados gordos, que todos los días, llegaban de la costa atlántica por la vía de Ocaña, no han vuelto a llegar, porque aquí, no encuentran precios competitivos, que hagan atractivo su transporte hasta la frontera venezolana, como antes sí ocurría.
Cuando el valor intrínseco de la moneda venezolana se recupere, como muchos esperan que pronto ocurra, las diferencias de precios de los productos, será menor y el contrabando irá disminuyendo lentamente, para toda clase de productos.
Ante la grave escasez de alimentos, medicinas y varias clases de productos, el gobierno venezolano ha aflojado los controles, para buena cantidad de artículos, como no ocurría antes, cuando las alcabalas, registraban toda clase de paqueticos que cruzaban la frontera, y que hoy, el gobierno colombiano tolera su salida, por solidaridad, con el hermano pueblo venezolano, en transitorias dificultades económicas, creemos nosotros, y de falta de producción.
