Entre las lecturas habituales nos tropezamos con un interesante artículo publicado en la revista JAMA escrito por David Oshinsky sobre el libro “El fantasma del otoño” escrito por Hannah Wunsch, el cual es un recuento histórico de la epidemia de polio de 1952 en Copenhague, Dinamarca, que catalizó el desarrollo de procedimientos de anestesia y asistencia respiratoria que se utilizan en la actualidad.
Para ese entonces no se disponía de vacunas contra esta enfermedad causada por un virus, que atacaba en las épocas de verano y comienzo del otoño en los países más desarrollados a los niños y jóvenes, la mayor parte de ellos de sexo masculino y les causaba serías complicaciones neurológicas, incluida la muerte en los casos más severos. Los recursos tecnológicos para el tratamiento de estos enfermos eras escasos y a la impotencia inicial del personal sanitario se impusieron la genialidad y el empeño para sacar adelante a los pacientes y evitar el mayor número posible de decesos.
A lo largo de la historia en la lucha contra esta enfermedad hay nombres notables que se destacan por sus contribuciones, uno de ellos BjornAageIbsen, médico danés, anestesiólogo, quien estuvo como pasante en el hospital General de Boston y volvió a Copenhague para poner en práctica lo aprendido y con un equipo de voluntarios logró rescatar a muchos niños. También figuran en ese recuento JonasSalk, él con su vacuna con virus inactivado aplicada a partir de 1955 resultó ser segura y efectiva. Luego en 1960 en Estados Unidos se autoriza la vacuna diseñada por Albert Sabin fabricada con virus vivos.
También las iniciativas como la Fundación Nacional para la Parálisis infantil, más conocida por su brazo de marketing March of Dimes que llegó a recolectar una mayor cantidad de fondos superando a otras fundaciones dedicadas a enfermedades del corazón o cáncer. End Polio Now, auspiciada por el club rotario hoy todavía mantiene sus campañas con el objetivo de erradicar esa enfermedad. A través de ellos se han vacunado más de 2.500 millones de niños en 122 paises y se han reducido los casos en 99.9% Colombia está declarada libre de poliomielitis.
El autor del libro señala de manera convincente que la epidemia de Copenhague ayudó a convertir la anestesiología en una especialidad legítima, mientras diseñaba las líneas generales para una unidad de cuidados intensivos segregando a los pacientes más enfermos del hospital Blegdam en un solo espacio donde el personal pudiera concentrarse en sus necesidades especiales, en este caso respiratorias, falla y ventilación mecánica.
Lo interesante el relato son las consecuencias que trajo esa trágica fecha del otoño en 1952 en la capital danesa, a partir de allí se fortaleció la anestesiología como especialidad médica, se puso en marcha el proceso de las unidades de cuidado intensivos y fueron incentivados los esfuerzos para producir vacunas. La pandemia de la Covid-19 pudo ser superada por las enseñanzas acumuladas de aquella experiencia, porque fueron fundamentales para el manejo de pacientes graves las Ucis y el punto de inflexión ocurrió a partir de la vacunación masiva.
Las crisis generan soluciones inteligentes y dejan lecciones que se pueden aplicar en posteriores situaciones de carácter similar. Hoy nos lo recuerda la polio, enfermedad de la cual no verán casos nuevos los médicos de la actual y futuras generaciones y potencia la efectividad de las vacunas como vía de protección a la población, en este caso infantil.
jorgepabonl@yahoo.com
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
