Como resultado de los estímulos fiscales implementados por el presidente Trump, el crecimiento de la economía estadounidense en el segundo trimestre de este año fue de 4.2 por ciento, el mayor incremento trimestral del PIB desde 2014. En septiembre el desempleo bajó a 3.7 por ciento, la menor cifra en 49 años (1969), tras 96 meses de crecimiento del empleo, la racha más larga de bonanza en el mercado laboral de que se tenga constancia.
Pero la celebración de tasas de desempleo tan bajas como la aquí registrada (3.7%), considerada como pleno empleo, dura muy poco, pues puede incidir fuertemente en la inflación de una manera consecutiva. Por esta razón la Reserva Federal de Estados Unidos-FED, ha venido subiendo trimestralmente la tasa de interés que aplica a los bancos comerciales para darles liquidez temporal. Aún contra la voluntad de Trump, que considera esta acción perjudicial para el crecimiento de la economía, La FED subió la tasa de 2.25 a 2.50 por ciento en la reunión del miércoles pasado.
Si a esta decisión de la FED se le agrega la orden de retiro de las tropas estadounidenses de Siria, por considerar que ISIS ya está derrotado, así como la negativa de Trump de firmar el proyecto de gastos presentado por el Congreso, por no incluir su propuesta de la construcción del muro en la frontera con México, encontraremos las razones de la incertidumbre en los mercados mundiales, especialmente en Estados Unidos, tal como se refleja en las fuertes caídas de los principales índices bursátiles, como Down Jones, S&P-500, Nasdaq.
La situación se agrava por la caída del precio del petróleo, el cual ha bajado a 54 dólares el barril de Brent y a 45 dólares el WTI. Entre las razones de la baja en la cotización del crudo está el considerable aumento de la producción en Estados Unidos alcanzando los 11.6 millones de barriles diarios, convirtiéndose en el principal productor mundial por encima de Arabia Saudita y Rusia.
Y a los efectos de esta creciente incertidumbre la economía colombiana no podría escapar, con los precios tan bajos del petróleo, su principal producto de exportación, así como la devaluación del peso ($). Solo queda esperar que los efectos del fenómeno de El Niño no sean tan duros.
