Es muy pronto para cantar victoria: el hecho de que la coalición liderada por Iván Duque haya obtenido más de seis millones de votos; de que el partido de Vargas Lleras alcanzara cerca de dos millones doscientos mil sufragios, y los conservadores, casi dos millones no es garantía de triunfo para la centroderecha frente a un monstruo de mil cabezas como el populismo de izquierda encarnado por Petro.
El verdadero candidato de las Farc nunca fue Timochenko: el inefable terrorista era un parapeto, como quedó demostrado: todas las apuestas de ese grupo de bandidos están hechas, desde el inicio, a la candidatura del exalcalde de Bogotá.
Seguirán Timo y sus maleantes desenterrando las platas de las caletas de las Farc para financiar a Petro; de eso no hay duda.
En las zonas de influencia histórica de la guerrilla, en las que siguen mandando gracias a Santos, la presión para votar por Petro estará a la orden del día.
Tampoco se puede desconocer que hay intereses oscuros de otras naciones como Rusia y Venezuela, que, al parecer, pretenden, intervenir de alguna forma las elecciones en Colombia para favorecer a Petro. El ambiente no podría estar más enrarecido.
La vicepresidencia de Ángela Robledo, como fórmula de Petro, es otra movida reveladora del “mamertismo irracional”, que da cuenta de la cercanía innegable del candidato a presidente con las Farc.
La señora Robledo es íntima amiga de Iván Cepeda, el escudero mayor de los terroristas de las Farc, la misma que ha posado varias veces en fotografías con los jefes de la guerrilla, esbozando una sonrisa de satisfacción.
La jugada estaba tan calculada que Ángela Robledo no aspiró a reelegirse en su curul de la Cámara de Representantes por el Distrito Capital.
Son tan perversos Petro y sus camaradas que incluso, en un comienzo, inflaron al “vendedor de humo” de Sergio Fajardo, para luego tirarlo de la nube en que andaba, como dice la ranchera.
Me explico: Ángela Robledo hace parte del Partido Verde, colectividad que apoya a Fajardo “el Farsante”.
Por eso, sacarla de las toldas del exalcalde de Medellín para entregársela a Petro como trofeo es un duro golpe para Fajardo que dividirá irremediablemente la coalición que lo apoya. Todo estaba libreteado: mientras Fajardo naufraga, Petro se consolida. Lo que sigue ahora es arrodillar a un desteñido y moribundo Humberto de la Calle, para consolidar una plataforma política más sólida, con el objetivo de catapultar a Gustavo Petro al solio de Bolívar.
Algo hay que reconocerle a ese cáncer de la izquierda: son organizados, metódicos, planificadores y maquiavélicos como nadie. Todo estaba dispuesto para viabilizar a cualquier precio la candidatura de Petro, a pesar de su pasado guerrillero y de sus desastrosos resultados como gobernante al frente de Bogotá. El discurso polarizador y el manido argumento de la lucha de clases han sido el combustible de ese discurso incendiario, que le hace un flaco favor a la Patria, y que lamentablemente encuentra eco en muchos.
Votar en masa contra la demagógica y el radicalismo es un imperativo para la supervivencia de la República. La culebra está viva y depende de cada uno de nosotros que no clave sus colmillos venenosos en el corazón de la democracia.
La ñapa I: El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, hace política de frente y nada le pasa. ¿En dónde está el “solícito” Procurador Fernando Carrillo?
La ñapa II: Ojalá “Ñoño” Elías cuente pronto cómo el secretario general de la Presidencia, Luis Guillermo Vélez, le pidió, por orden de Santos, que votara contra Jorge Pretelt en el Senado para sacarlo de la Corte Constitucional, so pena de no darle un importante puesto para un recomendado del exsenador.
La ñapa III: A la Luz de la ley vigente y de la jurisprudencia del Consejo de Estado, tanto Antanas Mockus como Ángela Robledo están inhabilitados para ser senador y vicepresidenta, respectivamente. Como son “mamertos”, nada les pasará.
La ñapa IV: Santos está desesperado y hará hasta lo imposible por meterle mano a las elecciones. El tartufo es capaz de todo.