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La ronda del tiempo
Hoy me quiero referir al libro “La ronda del tiempo”, obra del académico pamplonés Juan Manuel Ramírez Pérez, a quien tuve la oportunidad de acompañarlo en su presentación, la cual fue muy nutrida de amigos, coterráneos e interesados.
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Martes, 12 de Septiembre de 2023

Terminó exitosamente la 19ª Fiesta del Libro, de Cúcuta, en la Biblioteca Pública “Julio Pérez Ferrero”, y nos queda la satisfacción del deber cumplido porque, tanto a nivel institucional -como Academia de Historia- y en lo personal, atendimos el llamado de sus organizadores y de los amigos que querían que los acompañáramos en sus presentaciones: libros, conferencias y talleres.

Hoy me quiero referir al libro “La ronda del tiempo”, obra del académico pamplonés Juan Manuel Ramírez Pérez, a quien tuve la oportunidad de acompañarlo en su presentación, la cual fue muy nutrida de amigos, coterráneos e interesados. Este libro no es propiamente una monografía de Pamplona, que puede llegar a serlo si el autor, con todo el bagaje intelectual y conocimiento de su ciudad nutricia, así lo desea. De todas maneras, en una prosa amena que obliga al lector a no soltar el libro, Juan Manuel nos describe la ciudad, la que todos los que la visitamos con frecuencia como si fuera el solar nativo no quisiéramos que le sigan demoliendo su arquitectura colonial. Este parece un deseo expresado demasiado tarde, pero aún hay inmuebles que se pueden conservar y detener el “Mazo indolente”, como lo llama el autor al referirse a la destrucción despiadada e inmisericorde del patrimonio histórico de la “Ciudad fundadora de ciudades”.

En materia eclesiástica tienen Mompox, Ocaña, Pamplona y Popayán una tradición envidiable. Ello hace que los interesados desentrañen la rica historia eclesiástica de estas ciudades, tal como la tiene Pamplona, en el caso que nos ocupa, y que abarca templos, museos, óleos, cicerones capacitados, etc. 

Durante el siglo XX tuvo Pamplona una generación de sacerdotes irrepetibles, propios y extraños, que le hizo mucho bien. Tal es el caso, por ejemplo, de Evaristo Blanco Otero, oriundo de San Miguel, Santander, obispo de Pamplona en la época en que se discutía la creación del nuestro departamento, en 1910, y en ello tuvo una participación activa. Henri Rochereau, un francés sabio, amante de las ciencias naturales y que al año de haber llegado a Pamplona publicó una monografía de la ciudad para celebrar el centenario del Grito de Independencia. Rafael Faría Bermúdez, autor de una obra filosófica en varios tomos que aún es perseguida, como lo constaté hace dos años cuando acompañé a Pamplona al historiador Antonio Cacua Prada quien quería tenerlos porque con ellos estudió y manifestaba que hoy no se enseña filosofía sino historia de la filosofía. En el libro que comentamos encontramos un capítulo entero dedicado al padre Rafael Faría Bermúdez. Alfonso María Pinilla Cote, un gran santanderista que nos dejó una obra instructiva: “De la Nueva Granada al Vaticano”, que es su tesis de grado en la facultad de Historia Eclesiástica de la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma, heredera y continuadora del Colegio Romano fundado por San Ignacio de Loyola. Finalmente, monseñor José de Jesús Acosta Mohalem, un duranense que en la misma Universidad Gregoriana estudió filosofía e Historia de la Iglesia, lo que aprovechó para desencajar archivos y escribir “Historia de la Iglesia en Pamplona. Siglos XVI, XVII y XVIII”.  

Muchos otros temas trata el autor en su obra, como la historia que compartimos con los vecinos desde que éramos La Nueva Granada y la Capitanía General de Venezuela, y yo sólo anhelo abrir el apetito para provocar la lectura del libro. Felicitaciones al doctor Juan Manuel Ramírez Pérez.   

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