Palabras en el funeral de Juan Ricardo Gélvez Reyes
Amigos:
Nos congrega el duelo de la partida de Juan Ricardo Gélvez Reyes, un hecho que, aunque inexorable para todos, no se esperaba tan sorpresivo. Pero allí está irreparable y no nos queda más que el recuerdo de su existencia, el legado que dejó como la suma de su cotidiana travesía.
Sin duda, la muerte es un acto doloroso. Lo dijo con esa visión de acierto el peruano César Vallejo en su poema - Los heraldos negros.
“Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no se!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca detodo lo sufrido
se empozara en el alma…Yo nose!
Son pocos, pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nosquema.
Y el hombre…Pobre…pobre! Vuelve los ojos, como
cuandopor sobre el hombro lo llama una palmada;vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza como charco de culpa en la mirada.
Hay golpes en la vida tan fuertes… yo no se!”.
A partir de ahora tendremos la resta existencial de Juan Ricardo Gélvez. Nos queda cuanto fue. Un periodista idóneo, aplicado a informar y a opinar sin caer en mezquindades. En la radio, la televisión y las plataformas digitales encontró los espacios adecuados a su función de comunicador y lo hizo con integridad y responsabilidad, como debe ser el periodismo.
Fue también una persona de fluidez humana. No le hizo el juego a los prejuicios y siempre tuvo en alto la amistad.
También fue un demócrata, defensor de la paz y estuvo alineado en las convicciones que proclaman el respeto a los derechos humanos y la libertad.
Este acto fúnebre no es un adiós de olvido. No es el comienzo de una alargada despedida. Porque lo que pensó y realizó Gélvez no tiene la fragilidad del repentismo y si la consistencia de los actos humanos consolidados en la verdad.
La vida debe estar proyectada hacia lo perdurable para que lo positivo se repita entre los humanos con sentido pe solidaridad, como aporte a la convivencia que debe revestir las relaciones de unos con otros. Y así lo entendió Gélvez y lo aplicaba en la cotidianidad de su vida que también la proyectaba como parte del todo.
Norte Santander se nutrió de mucho de lo que hizo en el periodismoJuan Ricardo Gélvez. Sus programas en radio y televisión siempre tuvieron un contenido basado en la certeza. No eran una narrativa de rumores, no era la ficción encubriendo la veracidad de los acontecimientos. Ese rigor garantizaba no caer en imprecisiones.
En la gerencia de Televisión Regional del Oriente, el canal de los Santanderes, Gélvez también puso talento y dedicación ejecutiva. Lo mantuvo en un buen nivel como medio de información, de recreación y de cultura. Fue puntual y transparente.
Gélvez le apostó, pues, siempre al acierto. Es el legado que nos deja.
(Palabras en los funerales de Juan Ricardo Gélvez Reyes. Cicerón Flórez Moya. Octubre 4-2023)
Puntada
Un proyecto que debiera ser de interés de todos los congresistas con identidad nortesantandereana es el del Centro de convenciones que se construiría en Villa del Rosario. ¿Se podrían unir en ese tema?
ciceronflorezm@gmail.com
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion