Este es el nombre con el que los medios de comunicación citan al trío integrado por Donald Trump, Boris Johnson y Jair Bolsonaro, mandatarios de Estados Unidos, Reino Unido y Brasil. Llama la atención su similitud en la altura, el peso y el comportamiento. No queda duda de que con sus drásticas actuaciones han querido demostrar para qué es el poder
Pero como en todo juego existe riesgo, estos tres jefes de Estado están afrontando difíciles situaciones como resultado de sus desbordantes actuaciones. El mandatario estadounidense se enfrenta a un proceso de destitución abierto en la Cámara de Representantes por la bancada demócrata como consecuencia de una conversación en julio pasado con el presidente de Ucrania Vladimir Zelensky, en la que según los analistas se evidencia las presiones para investigar a Joe Biden, el más probable rival en las elecciones de 2020. Para la líder demócrata, Nancy Pelosi, esta es una traición a la seguridad nacional.
Este se ha convertido en un proceso histórico, pues es el cuarto caso que se da en los 240 años de historia de Estados Unidos.
Por su parte el primer ministro británico Boris Johnson está contra las cuerdas acusado de haber engañado a la reina Isabel II al aconsejarle que cerrara el Parlamento por seis semanas. Según los legisladores el primer ministro buscaba evitar cualquier obstáculo durante el debate de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (brexit) prevista para el 31 de octubre. Por tal razón piden su renuncia.
Y mientras Trump y Johnson pasan por estas difíciles circunstancias, Jair Bolsonaro recibió duras críticas en la Cumbre de Acción Climática de la ONU. Allí el mandatario brasileño respondió con un duro discurso, negó que la Amazonia sea patrimonio de la humanidad y defendió la soberanía de Brasil. Aclaró que la Amazonia no está siendo devastada y consumida por el fuego, hizo énfasis en que existe una psicosis ambiental y defendió la explotación comercial en áreas de preservación ambiental e indígena.
Todo parece indicar que las marchas de miles de jóvenes en las calles de unas 5.000 ciudades de 150 países el pasado domingo, inspirados por la joven activista sueca Greta Thunberg, para pedir acciones contundentes contra el cambio climático tuvieron una gran respuesta en la cumbre de la ONU, pues 66 países se comprometieron a emprender las acciones requeridas.
Aunque no participó, el presidente Trump estuvo presente, aplaudió a algunos proponentes y no se contactó con otros, entre quienes estaba la gran líder juvenil Greta, inspiradora de “Viernes por el futuro”, y tal vez la más aplaudida.
