Las miradas del mundo están puestas sobre los discursos, acciones y expresiones de Donald, Nicolás y Kim, por lo que representan, dadas sus posiciones de mando.
Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones del pasado 8 de noviembre, los indicadores bursátiles de la bolsa de Nueva York (Dow Jones, Nasdaq y S &P), iniciaron un incontenible ascenso. Por ejemplo, el Dow Jones marcaba 18.000 puntos en aquella fecha y llegó a superar los 22.000 puntos el pasado fin de semana. Este crecimiento récord del 22 por ciento en 270 días es el resultado de las millonarias inversiones en infraestructura anunciadas por el mandatario, además de las reformas a la salud (Obamacare) y la rebaja de impuestos corporativos.
Esto, más los buenos resultados en algunos indicadores económicos estadounidenses recién publicados como la tasa de desempleo (4.3%), crecimiento del PIB (2.6%) e inflación (1.6%), ha servido para que el presidente Trump resalte su buen gobierno.
Por su parte, Nicolás Maduro, pese al rechazo internacional y a las diarias manifestaciones del pueblo venezolano inconforme, avanza contra viento y marea en la implantación de un gobierno dictatorial. A la distancia el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-Un, sigue amenazando con su frecuentes y peligrosos ensayos a Estados Unidos y a sus aliados.
Pero las dificultades que ha encontrado el presidente Trump para sacar adelante las reformas tributaria y fiscal, su advertencia a Kim Jong-Un, de que, si no para sus amenazas, “Corea del Norte se encontrará con fuego y furia” y la respuesta del mandatario coreano de que “a mediados de agosto completará su plan para atacar a la Isla de Guam”, han comenzado a generar incertidumbre en los mercados internacionales. A esto, hay que agregar las sanciones aplicadas a varios funcionarios del gobierno venezolano y las posibles acciones económicas que aún pueda tomar Estados Unidos.
Según los analistas, el elevado volumen de acciones transadas a altos precios en la Bolsa de Nueva York, como consecuencia de la gran demanda, está generando una burbuja económica (especulativa, financiera). Si quienes poseen las acciones quisieran salir de ellas debido a acciones especulativas, podría estallar la burbuja (crack) ante la falta de compradores. Recordemos que las burbujas se dan cuando se negocian altos volúmenes de activos a precios muy superiores de los valores reales o intrínsecos.
La relación actual entre el precio de las acciones y las utilidades empresariales es de 23 veces, síntomas muy parecidos a los detectados antes de la debacle de 1929. El dólar viene perdiendo terreno frente al euro y la libra esterlina, y el oro recobró el precio de hace 2 años. Las expectativas cada día crecen.
