Tras recuperarse de los daños que han dejado a su paso en parte de su territorio algunos de los huracanes de esta temporada, México ha sido duramente golpeado por dos terremotos en menos de dos semanas. Y, en medio de la angustia de quienes buscan a sus seres queridos y el dolor de quienes han perdido familiares, el volcán Popocatépetl, uno de los catorce volcanes activos que hay en el territorio mejicano, entró en erupción.

La pregunta que todos se hacen es, ¿cómo puede ser este país golpeado por terremotos, huracanes y volcanes a la vez, especialmente su capital?  Respecto a las causas de los sismos y terremotos que sacuden con frecuencia a Ciudad de México, vale recordar que esta histórica ciudad está ubicada en un contexto tectónico complejo con la interacción de cinco placas tectónicas, definidas como segmentos de corteza terrestre que, según los analistas, son como las cáscaras rotas de un huevo que se pegan y con cualquier movimiento se pueden romper.

Además, buena parte de Ciudad de México está sobre lo que era la Ciudad Sagrada de los aztecas, Tecnochtitlán,  rodeada de canales, agua y arcilla, lo que facilita la amplificación del movimiento de cualquier sismo a cientos de kilómetros. Según la historia, luego de la caída del imperio azteca en 1521, como consecuencia del feroz ataque del español Hernán Cortés, la ciudad fue destruida para construir otra.

El conquistador español decidió tapar el agua por completo y procedió a construir sobre esa base lo que hoy es Ciudad de México. Aquí encontramos la razón de la famosa canción interpretada, entre otros famosos cantantes, por Jorge Negrete, “Guadalajara en un llano, México en una laguna”. 

Mientras para muchas de las antiguas civilizaciones los volcanes y las montañas significaban la morada de los dioses y para otras culturas eran los dioses mismos, hoy estas formaciones geológicas no son más que una constante amenaza.  

Pero el dolor provocado por esta tragedia, con escenas tan duras, ha encontrado respuestas de solidaridad, tanto nacionales como internacionales. La escena del rescate de la niña Frida Sofía, que nunca existió, se convirtió en un verdadero símbolo. 

No queda otra alternativa que repetir con el resto del mundo, la bella poesía  escrita por Chucho Monge, convertida en canción: MÉXICO LINDO Y QUERIDO.