Cali se viste de COP desde octubre 21 hasta noviembre 1 de 2024. Alrededor de 12 mil personas provenientes de 196 países asistirán a la versión número 16 de la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas. El objetivo de la COP es ratificar las 23 metas establecidas en el Marco Mundial de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal celebrado en las respectivas ciudades de China y Canadá en diciembre de 2022.

El gobierno colombiano ha tomado la iniciativa de bautizar esta COP con el lema ‘Paz con la Naturaleza’ como un “llamado a la reflexión para mejorar la relación que tenemos con el ambiente” y para “repensar un modelo económico que no priorice la extracción, sobreexplotación y contaminación de la naturaleza”. Y resulta urgente considerar, que la paz entre colombianos pasa necesariamente por reconciliarnos con la naturaleza. Es en principio, un lema que apuesta por un sentido de justicia ambiental en un país asediado por una diversidad de violencias que degradan tanto a la vida humana como a la silvestre.

Tanto las metas y sus retos no son asuntos menores. Se trata de ponerle freno a una degradación acelerada de la diversidad biológica en su forma de especies, comunidades, ecosistemas y paisajes a largo y ancho del planeta. Colombia por ser un país considerado megadiverso, alberga el 10% de la biodiversidad global en un área que representa menos del 1% del planeta, tiene una vulnerabilidad y una responsabilidad mayor que muchos otros países. Es así, que problemas como la deforestación en el Arco Amazónico requieren de acciones urgentes antes que sus ecosistemas alcancen puntos críticos de no retorno.

La discusión sobre el reparto de los beneficios derivados del uso de la biodiversidad entre el norte y el sur global, el Acuerdo de Escazú, los presupuestos para la conservación del 30% del territorio y la restauración ecológica son temas en las que los países tendrán que ponerse de acuerdo para no desperdiciar la ventana de oportunidad que se empieza a cerrar con sus metas al 2030. Este promete ser un debate intenso, pero sin otra razón que encontrar el consenso justo que la actual crisis ecológica y climática demandan.

La naturaleza puede sobrevivir sin la especie humana, pero los humanos no podríamos vivir sin la naturaleza. Cali se viste de COP para demostrarle al mundo que un mundo mejor es posible y que la ‘Paz con la Naturaleza’ es tal vez una gran oportunidad para avanzar hacia la reconciliación que muchos hemos estado soñando.

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