Amables lectores: Con algo más de 900 días para terminar el mandato presidencial de Gustavo Petro, la nación enfrenta un nivel de desorden que como dice Víctor Muñoz: “Es imperativo iniciar la celebración de un plan de reconstrucción para el país en el 2026”. El presidente que reemplace al actual enfrentará una enorme tarea de implementar medidas contundentes y rápidas para poder cambiar el curso del país. Con Petro, Colombia no ha tenido ni turismo, ni aguacate, ni juegos, ni seguridad, ni petróleo, ni carbón, en fin nada de nada.

El principal reto es reconstruir la seguridad y legalidad. El gobierno Petro ha sido permisivo con la ilegalidad, el crimen organizado y el narcotráfico. Los cultivos ilícitos han crecido en forma exponencial, hoy se tiene en esos cultivos cerca de 300.000 hectáreas.

Las masacres han tenido un incremento mayor al 80%. En economía la cifras dan pánico pues un crecimiento esperado en el 2024 del 1.2% está muy por debajo de su potencial y tendrá Colombia una inflación superior al 5%. Las exportaciones caerían e igualmente la inversión extranjera.

Para el próximo 2026 necesita el País una mayor capacidad en inteligencia de las fuerzas armadas e incrementar operaciones fuera de los cuarteles. Es totalmente indispensable generar empleo y tener el convencimiento real que el campo es el presente y futuro del país.

Se debe ajustar el gasto público empezando por desmontar subsidios que muchas veces promueven la ilegalidad. Es necesario diseñar planes para aumentar la inversión en infraestructura, vivienda y transporte

Es necesario ejecutar el presupuesto y no volver al absurdo de hoy que solo se ha alcanzado una ejecución del 65%y no por falta de recursos, porque el recaudo ha crecido el 13%.

La minería legal así como la exploración y explotación de hidrocarburos no debe suspenderse de tajo porque golpea gravemente los ingresos presupuestales sino realizarse en armonía con el medio ambiente

Se debe presupuestar en la agenda 2026-2050 un crecimiento promedio del 5%, mejorando la productividad, fortalecer con empleos justamente remunerados a la clase media, buscar una mejora real de la educación y ampliar la descentralización.

Es necesario, no nos queda dudas reconstruir a Colombia y para eso, es indispensable trabajar con ideas y buenos candidatos.

Hay que reactivar desde ya el crecimiento, disipar la incertidumbre y proteger el empleo. Se debe trabajar conjuntamente con las empresas y sector privado.

Para la reconstrucción del país es determinante pensar en Ecopetrol pues el impacto de esta empresa en la economía del país es determinante. Hoy se observa la existencia de una gran inestabilidad tanto en la producción y en el precio de la acción.

Hay señales de poca rentabilidad no obstante el gran volumen de recursos que se manejan en regalías y muy grave la abultada nómina de Ecopetrol. Se debe exigir que esos dineros