Definitivamente la ciudad no soporta tanta anarquía en materia de movilidad y sumado a lo anterior, patéticos resultados de la Policía Nacional en su especialidad Tránsito y Transporte, cuya invisibilidad hace que los dineros causados en los convenios con la institución, no tengan mayor justificación o respaldo.
Hace varias décadas, existió en la ciudad un organismo de tránsito que contaba con autonomía administrativa y las personas que formaron parte del grupo operativo, eran en su totalidad, cuotas políticas de los concejales que lograron atornillarlos por muchos años, dado que ingresaron a la planta de personal de la Alcaldía de Cúcuta.
Estas personas de estratos humildes, fueron el blanco de las críticas puesto que sobresalieron por dolosas prácticas relacionadas con coimas a los conductores que ya conocían su “estilo” pero del conocimiento de normas y elaboración de croquis relacionados con accidentes de tránsito, muy poco o nada.
Luego de agotar la paciencia ciudadana, emergió el grupo de uniformados pertenecientes a nuestra querida institución, cuya evolución o involución por todos es conocida, hasta el punto que dada su pasiva actitud y su resistencia a la regulación de la movilidad, son hoy el grupo de personas más criticadas por los ciudadanos, que en lugar de ver en ellos un apoyo, solo se siente temor en los cuestionados operativos.
Mi mensaje apunta a retomar el tema de los agentes de Tránsito, con base en la Ley 1310 de 2009 “Mediante la cual se unifican normas sobre agentes de tránsito y transporte y grupos de control vial de las entidades territoriales y se dictan otras disposiciones”. Dicha Ley, establece los requisitos y demás detalles que permiten a las administraciones municipales, crear verdaderas escuelas para que los interesados primero se preparen y luego “gestionen” su ingreso a las funciones públicas.
Pienso que la ciudad ha madurado en muchos aspectos de tránsito y de seguro, una nueva nómina entre ciento ochenta y doscientos cincuenta personas, se convierte en una oportunidad laboral para ciudadanos de ambos sexos que quieran hacer las cosas bien. Es importante señalar que en esta administración no cabe ese tipo de iniciativas ya sea por el tiempo que ya les acabó o por el egoísmo que le pudiera asistir al no poder nombrar este año ese banquete administrativo que tiene como objeto principal, reducir a un veinte por ciento la presencia policiva para esos asuntos, seguro de que teniendo escuela de formación, el asunto puede ser bastante interesante.
Creo que los ciudadanos se cansaron del Grupo Élite, cuya misión confunde a los conductores que nunca han calificado favorablemente a esas personas que de seguro conocen muy bien la normatividad, pero que a todas luces se convierten en una pesadilla para los civiles que conducen automotores y aún más, para los moteros, personas que en su gran mayoría son gente trabajadora y utiliza dicho tipo de vehículo para asuntos de trabajo y familiares.
Considero que se necesitan Agentes de Tránsito y Transporte, debidamente formados para que apoyen en la mitigación del caos vehicular que se presenta en toda la ciudad. Tienen la palabra los candidatos.
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