Juan Carlos Rodríguez Agudelo, alias "Zeus", criminal abatido a finales de septiembre, no era una figura modesta, como lo refleja su elección de apodo. Este alias, que adoptó durante su tiempo en las Fuerzas Especiales del Ejército, donde alcanzó el grado de mayor, lo siguió usando incluso después de pasarse al mundo del crimen, evidenciando la arrogancia y el poder que pretendía exhibir.

Según el periodista Daniel Coronell, nuestro Zeus fue uno de los soldados mejor entrenados del país en cursos de comandos especiales, lo que subraya una amarga ironía: los impuestos de los colombianos financiaron la formación de un hombre que terminaría levantándose contra todo aquello que juró proteger.

Zeus no comenzó su vida en el crimen en medio de la marginalidad y pobreza que muchos imaginan como incubadora de criminales. Por el contrario, fue hijo de un coronel del Ejército colombiano, quien, curiosamente, fue director de la cárcel La Catedral, la infame prisión que sirvió como refugio y cuartel general de Pablo Escobar.

Zeus fue expulsado del Ejército en 2005 debido a sus vínculos con el narcotráfico y posteriormente condenado a 10 años de prisión por narcotráfico y paramilitarismo. Probablemente, su tiempo en la cárcel le permitió ampliar su red de contactos, o como dirían los emprendedores, a mejorar su "networking" para escalar posiciones en el mundo del crimen y obtener mayores beneficios.

En 2021 Zeus pidio ser escuchado por la JEP. La llegada de Rodríguez Agudelo a la Jurisdicción Especial para la Paz  fue inicialmente vista como una oportunidad para desmantelar la red de complicidades entre el Ejército y los carteles de narcotráfico en Colombia. Zeus prometió colaborar, revelando información valiosa sobre estos vínculos, lo que le permitió obtener libertad condicional en 2021.

Sin embargo, su paso por la JEP fue breve, ya que las autoridades descubrieron que, lejos de haber abandonado el crimen, Rodríguez Agudelo había reincidido en actividades delictivas. Este incidente evidenció las dificultades de reintegrar a figuras clave de la criminalidad y también dejó claro que algunos individuos intentan aprovechar los mecanismos de paz para continuar delinquiendo sin enfrentar plenamente las consecuencias judiciales.

Uno de los episodios más surrealistas de su carrera fue su fuga en abril de 2024 desde una estación de Policía en Cúcuta. Mientras él y otros 23 reclusos escapaban, algunos decidieron regresar a sus celdas en lugar de huir, un hecho que no solo es extraño, sino que revela cómo el crimen organizado ha penetrado profundamente las instituciones que deberían combatirlo. La facilidad con la que Zeus logró escapar dejó en evidencia un nivel de corrupción alarmante dentro de las fuerzas de seguridad, lo que llevó a muchos a cuestionarse hasta qué punto están comprometidas estas instituciones.

Las principales habilidades de Zeus provenían de su profundo conocimiento de las Fuerzas Armadas y su capacidad para corromper a oficiales, quienes vendían armas y proporcionaban inteligencia a grupos paramilitares como las AUC. Recientemente, se supo que Zeus se había aliado con alias "Terror" para expandir el control del Clan del Golfo en el Magdalena Medio, asegurando rutas clave de narcotráfico y extorsión en la región.

Aunque su muerte durante la Operación Agamenón fue vista como una victoria para el Estado, es difícil considerarla un triunfo completo. Mientras la corrupción y la influencia del crimen organizado sigan infiltrando las instituciones de seguridad, seguirán surgiendo nuevos "dioses" criminales, formados dentro de las mismas estructuras que deberían proteger al país.

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