Aunque pisó las puertas de la universidad y tuvo la oportunidad de laborar en una oficina, Jorge Eliecer Parra Garces entendió que su vocación desde muy joven siempre fue contribuir al cuidado del medio ambiente reciclando.

Su carácter y temple para salir adelante heredado de su madre hicieron que Parra optara por crear su propia empresa para el aprovechamiento y recuperación de residuos sólidos. 

Desde hace seis años convirtió su hogar en un espacio para reunir diferentes tipos de plásticos y brindarles un proceso para su reutilización. 

Decidió llamar Invensas a su emprendimiento porque significa ingeniería de invenciones energéticas.

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“Le di este nombre porque tiene relación con el significado del reciclaje que es energía ecológica, sanitaria y de servicios ambientales”, comentó.

A pesar de no haber culminado sus estudios, este hombre tiene amplios conocimientos que le han dejado sus 20 años de experiencia desempeñándose en esta labor.

Actualmente tiene más de 40 toneladas de plástico que va a ser recuperado y con el que espera se puedan hacer cucharas, tenedores, cuchillos, vasos, ganchos y tubos para el servicio de las personas.

Aunque no cuenta con los equipos necesarios debido a los altos costos, gracias a su esfuerzo pudo comprar una máquina para moler el plástico y logró diseñar en un año el prototipo de una extrusora que ayuda a moldear cualquier material con la que espera más adelante su empresa avance y empiece a fabricar. 

Proceso de reciclaje

Una vez el reciclador de oficio recolecta los materiales son llevados hasta su hogar, ubicado en la avenida 26#37-122 del barrio Belén donde se reciben, lavan y separan dependiendo el tipo de plástico, color y cantidad.

Al terminar pasan al molino donde el plástico se tritura una o dos veces dependiendo el grosor.

Para Jorge las empresas que existen en Cúcuta deberían implementar un plan de manejo integral de residuos, donde se incentiven estas prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente.

“El plástico demora en descomponerse más de 500 años y al desecharlos en un relleno sanitario lo que se está haciendo es que corte el oxígeno de la tierra, hay que ser conscientes de esta problemática”, aseveró. 

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Al finalizar su trabajo, el material se reúne y es distribuido a ciudades como Bogotá y Medellín donde elaboran telas, ganchos, sillas, entre otras cosas de uso cotidiano.

En Cúcuta, Parra vende el plástico procesado a empresas que cuentan con equipos para transformarlas en suelas de todo tipo de calzado.

“Estas prácticas ayudan al sector del calzado, pues la materia prima sale mucho más económica que traerla de otros países donde los costos son elevados”,  dijo Parra.

En su equipo de trabajo cuenta con el apoyo de dos jóvenes hijos de recicladores a los que ha estado enseñando.

“Lo hago para que no estén en las calles, en el día trabajan y en la noche estudian, me gustan las personas que quieren superarse, gente que evolucione”, puntualizó Parra.

Una labor que ejerce desde niño

Desde que tenía 9 años de edad empezó a reciclar y a interesarse por aprender cómo se podía dar un buen uso a lo que las personas desechaban.

“Iba por la calle en una carreta, los recogía y vendía en chatarrerías, siempre he sido muy activo, nunca me quedaba quieto, entonces me puse a averiguar todo para aprender a transformar los residuos”, aseguró Parra.

A este hombre siempre le ha gustado el tema industrial y aunque fue difícil montar su empresa, hoy en día cuenta con un amplio espacio para hacer manejo y recuperación de estos materiales.

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El tiempo y la experiencia son los que le han servido para ir aprendiendo y mejorando sus técnicas.

Para él la labor que ejercen los recicladores es de suma importancia y hace un llamado para que no los señalen.

“Los recicladores de oficio hacen un excelente trabajo, no debemos discriminarlos por estar sucios o verlos en la calle, este es el sustento de ellos, a veces es la única forma que tienen para vivir, hay que tener cultura y conocimiento sobre el trabajo que hacen porque están ayudando al planeta”, finalizó. 

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