Escuchar decir que el proyecto de un tren ligero en la ciudad de Cúcuta no es posible, hace pensar que muchos no conocen tan bien la historia de la ciudad como creen. A inicios del año 1889 fue inaugurado oficialmente el tranvía de Cúcuta con el servicio de la primera etapa que cubría el trayecto desde la estación Cúcuta al mercado.
Dicho proyecto de innovación y movilidad fue financiado con recursos publico privados que pretendían establecer a la capital nortesantandereana como la primera ciudad del país en poner en marcha el servicio de trasporte urbano masivo.
Durante décadas, nuestra ciudad fue referencia de desarrollo y movilidad para Colombia y parte del continente. Los más beneficiados con el tranvía fueron comerciantes y pasajeros, quienes podían transportarse por las reducidas calles del centro de la ciudad hasta sus trabajos y hogares. No obstante, y a pesar del buen servicio prestado, en 1940 el tranvía de Cúcuta llegaría a su fin con la puesta en marcha del transporte automotor y los nuevos intereses del sector privado.
Este gran proyecto, fue producto de la fuerza emprendedora y visión de futuro de quienes creían en las capacidades de Cúcuta y su gente; una apuesta al sentido de pertenencia por su territorio y al ímpetu de ver crecer una ciudad líder en desarrollo y productividad; con la resiliencia que solo pudieron tener los cucuteños tras el terremoto que devastó nuestra capital. Volver a intentarlo para mejorar, es una de las enseñanzas que llevamos marcadas en el corazón.
Muchos dirían en aquel tiempo que era “imposible”; una idea absurda y una burla a la sociedad, pero el trabajo conjunto de personas comprometidas con nuestra ciudad, hicieron de esta idea futurista una realidad.
Hoy cucuteños, ¡volvemos a intentarlo! Soñamos con una ciudad en orden, con infraestructura moderna, visiblemente atractiva para los turistas del mundo entero; soñamos con retomar esas fuerzas emprendedoras de nuestros antepasados para sacar adelante una sociedad saqueada por la delincuencia, la corrupción, la falta de gerencia y de apoyo nacional.
Con previos estudios y conocimientos, organizaremos la movilidad de Cúcuta a través del impulso económico de una alianza Publico Privada que garantice la construcción y puesta en marcha de un tren ligero que conecte Atalaya con la Libertad. Inicialmente, la línea principal del tranvía cubriría sentido oriente – occidente de la ciudad de Cúcuta, y en los corredores norte – sur, seguirían operando otros medios de transporte públicos que complementen el nuevo sistema integrado de transporte.
El Municipio pondrá las vías a disposición de una empresa, que a través de un proceso licitatorio, obtenga la concesión para la construcción y puesta en marcha del tranvía; por tal razón los cucuteños no tendrían que pagar ni un solo peso de sus bolsillos.
Este proyecto tendría efectos positivos inmediatos reflejados en la reforma urbana, nuevos volúmenes de empleo, ambientalmente sostenible, con mayor comodidad y seguridad en el transporte público. Una necesidad latente producida por la precaria movilidad dentro del territorio cucuteño.
Hoy quiero invitar a todos los habitantes de nuestro territorio a pensar en grande por Cúcuta. Llegó el momento de cambiar la mentalidad sobre las limitaciones que como sociedad nos imponemos. No permitamos que el miedo nos impida crecer y tener una visión de futuro en donde crezcan nuevas empresas, en donde reformemos vías y espacios públicos para el bien común, en donde podamos caminar sin miedo a la inseguridad y en donde nos sintamos orgullosos de la ciudad en la que vivimos. Recuperemos nuestra ciudad con orden, con Seguridad y Desarrollo para que las futuras generaciones puedan disfrutar la ciudad que hoy merece que piensen en grande por ella.
Juan Carlos García Herreros #PensemosEnGrande
