Durante cinco meses su vida estuvo en pausa, el secuestro de su mamá significó también el suyo. Las cosas fáciles no fluían, todo le costaba trabajo. De día y de noche soñaba con verla de nuevo, su existir se convirtió en un calvario.
Esta es la historia de María Carolina Hoyos Turbay, víctima de la guerra en Colombia. A ella, nieta del expresidente Julio Cesar Turbay, Pablo Escobar le secuestró a su mamá, la periodista Diana Turbay. Cinco meses estuvo en cautiverio y luego fue asesinada.
“Tuve una infancia diferente viviendo con mis abuelos en Palacio, la mayoría de los niños querían parecerse a mí. Pero, cuando matan a mi mamá, justo cuando cumplo la mayoría de edad, nadie quería ser como yo. Viví el dolor de la guerra, Pablo Escobar se llevó lo que más quería”.
El drama vivido por Hoyos y el proceso de sanación que se inició luego del fatídico hecho, llevó al perdón y la historia, narrada en el libro: ‘Desde el fondo del mar’, es uno de los temas que se abordará hoy en la Fiesta del Libro.
Hoyos estará a las 4 de la tarde de este martes en el pabellón 3 de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero y allí, con la moderación de Estefanía Colmenares, directora de La Opinión, compartirá su experiencia de vida.
La historia de Hoyos con su mamá era especial, la admiraba y quería parecerse a ella. “Cuando me entero por la radio que la habían rescatado y estaba en Medellín, tomo el primer vuelo y cuando llegué al hospital acabada de morir”.
Verla le causó el dolor más grande de su vida y frente al cadáver de su mamá juró no volver a sonreír, hecho que fue atizado por el drama posterior y la sensación de vacío que se apoderó de Hoyos.
“En el libro cuento como logré superar el dolor, la rabia y cómo mirando de frente al único captor vivo de mi mamá puedo perdonar. Decidí llevar la historia a un libro para relatar también como le incumplo el juramento a la persona que más he querido en la vida, porque la sanación trajo consigo muchas sonrisas”.
El único captor vivo de Diana Turbay es Jhon Jairo Velásquez ‘Popeye’, quien hizo parte del Cartel de Medellín y fue uno de los sicarios más cercanos de Pablo Escobar.
“Fue un momento doloroso, dos veces dije que no iba y tenía miedo de enfrentarme con mi peor monstruo. Cuando tuve fuerza, hablé con él y no me arrepiento, logré sanar y perdonar lo que parecía imperdonable”.
En su proceso de sanación interior fue de gran ayuda su experiencia como buzo. “Haciendo una analogía con el buceo, voy mostrando como en la vida por medio de unos pasos puedo resolver los problemas, lo primero es no reaccionar de manera impulsiva, sino tomarse el tiempo y analizar, también debemos rodearnos de personas cercanas”.
La historia de vida de Hoyos, de dolor y de perdón, es una muestra clara de cómo para alcanzar la anhelada paz en Colombia hay que aprender a convivir con las experiencias negativas en la vida, conservando las enseñanzas de los seres queridos y manteniéndolos vivos con cada paso diario.
