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Cultura
Viaje a la historia de Diana Uribe
En Cúcuta Diana Uribe descrestó con sus apuntes, le sacó sonrisas a los más de 1.000 asistentes a su conferencia y se enamoró de los habitantes de la frontera que a viva voz le expresaron su afecto.
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Miércoles, 3 de Septiembre de 2014

Invitada por la Fiesta del Libro de Cúcuta, disertó sobre su más reciente publicación: ‘100 momentos que cambiaron el mundo contemporáneo’. Además, contó anécdotas y compartió las aventuras que ha vivido en el mundo.

Diana es de esos personajes que agradan por su sencillez y cautivan con entretenidas historias, todas, cargadas de gran conocimiento. Pero, también… es una mujer de familia y que valora los pequeños detalles. Ella, confesó que vivió 30 años con su esposo, que murió hace dos años.

“Él era mi ‘super partner’, estudiábamos juntos y construimos una relación basada en historias, cine, diálogos. Fue mi compañero de fórmula. Con mis hijos también viajo y disfruto de sus ocurrencias”.

Con su singular corte de cabello, que tiene tinturado de rojizo… una vestimenta que no pasa inadvertida, accesorios grandes y marcados, posó en la frontera para cuanto lente se le pasó por el camino.
Aceptó el reto de montarse a la chiva ‘La colombianita’ y confesó múltiples vivencias e hizo un viaje por lo que ha sido su aventurera vida.
 

Descríbase


Una pedagoga, una docente que sabe de historia.

 

¿Recuerdos de la infancia?


Me crié en Chicago. El tema de la música soul y el origen del gusto por el rock son de esa época. Cuando allá llegaba el invierno veníamos a los llanos colombianos y veía un universo mágico.

 

¿Niña traviesa o retraída?


Siempre tuve un interés político por el mundo. En el colegio aprendí sola todo sobre la Guerra Civil Española. Compraba libros de poetas y oía música 10 horas al día.

 

¿Un hecho definitivo?


La muerte de Salvador Allende -presidente de Chile-. Cuando eso pasó entré en conciencia de que vivía en América Latina y sentí un llamado a despertar.

 

¿Cómplices de aventuras?


Mi papá con la historia. Mi hermano con el rock y la literatura. En el colegio tuve al maestro Álvaro Miranda, clave para direccionar mi búsqueda de la vida… me dio la pista necesaria para crecer.

 

¿Que más le ha impactado?


Malí en África Occidental. Me hizo repensar mi sentido del desarrollo. Cuando uno ve cómo viven ellos y la construcción del pueblo en aldeas, la forma de trabajar en función de un mismo objetivo y de empezar el día con la bendición del gran padre y la gran madre; la arquitectura, los linajes e historias que pesan… todo eso da una sensación de libertad infinita y no se podría calificar esta cultura como no desarrollada.

 

¿Los atuendos en sus travesías?


Esos vestidos tienen el sentido de establecer comunicación y respeto por las culturas a donde voy. La primera vez que estuve en la India me puse un traje de los que usan las mujeres y de inmediato ellas me hablaron. La ropa es un elemento de comunicación que me gozo.

 

¿Historia mejor escrita?


Las que tienen que ver con la paz.

 

¿El Uribe de Diana es tan radical como el del expresidente?


Soy pacifista y creo en la no violencia, en la paz, en que no hay pueblos condenados y pueden cambiar. He tenido mucho contacto con líneas de pensamiento en donde el camino medio es el indicado. Creo en entender las diferentes formas de pensar, no en las verdades absolutas.

 

 

¿Hay qué conocer la historia para no repetirla?


Sí, pero eso es una sola parte. Hay que conocerla para repetir lo que se puede, saber de dónde somos y venimos. La humanidad es producto de la historia. El hecho de que los jóvenes salgan a rumbear sin irse de la casa… para llegar a eso tocó hacer una revolución.

 

Cucuteños la enamoraron


La historiadora Diana Uribe calificó su paso por Cúcuta como un momento satisfactorio en su vida.
“Es la primera vez que vengo a esta ciudad y desde el avión la cordillera tiene un tinte diferente. En la Biblioteca me dieron un recibimiento que no esperé, la gente se portó afectiva y muy interesada por el trabajo que hago”.

 

¿Secreto mejor guardado?


La memoria

 

¿Regalos que la sorprenden?


Los que no puedo poner encima de una mesa.

 

¿Viaje soñado?


Irlanda

 

¿Hallazgo que anhela?


El amor

 

¿Sueño que la trasnocha?


La paz

 

¿Que se lleva de Cúcuta?


El honor de conocer gente cálida, amable, pila e interesada en la historia.

 

¿Se emocionó con los regalos?


Me dieron panes, collares de tela, artesanías y un afiche que hizo un joven Diego Jaimes. El cariño de la gente no tiene punto de comparación. Los cucuteños son curiosos y gente que demuestra sus sentimientos.

 

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