El gas natural es, entre los combustibles fósiles, el menos contaminante por sus bajas emisiones. Además, reduce el material particulado a más del 90% entonces, por lo que contribuye a la calidad del aire.
Por estas razones es un hidrocarburo idóneo para la transición energética, de acuerdo con la directora de la Cámara de Energía y Gas de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), Kathrine Simancas, quien fue una de las expertas invitadas al séptimo Encuentro de Sostenibilidad de Centrales Eléctricas de Norte de Santander (CENS), filial de Grupo EPM.
“El gas es el camino de mínimo costo para poder hacer una transición energética. No podemos hacer unas transiciones tan sustanciales sin identificar lo que eso va a implicar para el usuario”, recalcó Simancas.
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La dirigente gremial manifestó que, en lo que respecta a generación de electricidad, no se puede mirar solo a fuentes renovables no convencionales, porque es un recurso variable. Entonces, se debe tener un respaldo “que puedas administrar, almacenar y tener más fácil, y son los combustibles los que nos lo permiten”.
Así, el gas natural es el respaldo más limpio para la generación de energía. Aunque Simancas aclaró que, en el caso del sector transporte, este combustible no es el más favorable para el ambiente, porque es el responsable de alrededores del 40% de las emisiones.
Servicios públicos más sostenibles
La directora de la Cámara de Energía y Gas de Andesco indicó que la sostenibilidad en la prestación de los servicios públicos se puede ver reflejada de forma sustancial, porque el gas natural es el que ha permitido que miles de personas dejen de cocinar con leña, gasóleo y kerosene, evitando afecciones respetarías y otros daños en su salud.
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“Esto está conectado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, porque estás usando un combustible menos contaminante y aportas a la salud de las comunidades. También se aporta a la sostenibilidad en el sentido que estás utilizando un gasoducto y no haces un transporte a través de vehículos”, agregó Kathrine Simancas.
¿Hay o no gas para el consumo?
Respecto a si hay o no gas para el consumo para los próximos dos años en Colombia, luego de las alertas de los gremios y los anuncios de Ecopetrol, Kathrine Simancas dijo que las reservas vienen en caída desde hace muchos años; según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), con corte a diciembre de 2023, bajaron 7.2 años (2022) a 6.1 años.
Añadió que la producción es la capacidad para enfrentar la demanda y es ahí cuando las empresas hacen sus reportes, de acuerdo con sus labores de explotación, sobre cuántos pies cúbicos o giga BTUD le pueden entregar al país.
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“Cuando se hace un cruce de la capacidad producción con la demanda, es cuando se da el déficit. ¿Para cuándo? En 2025. Ya Ecopetrol dijo que puede ajustar su producción. Pero, para 2026, estuvimos viendo que el déficit puede llegar al 30%; y Ecopetrol ya volvió a decir que sí va a poderse ajustar para cubrir la demanda”, enfatizó.
Lo experta afirmó que lo más importante es que no se dejen de tomar decisiones esperando el 2026, porque “el país está administrando una escasez, y en tiempos de escasez hay precios altos”.
Además, aseguró que el plan de importar gas de Venezuela esta muy lejos de cumplirse, porque no solo hay unos problemas técnicos del gasoducto binacional y de la calidad del combustible que se deben atender, sino que sobre PDVSA pesan unas restricciones impuestas por Estados Unidos, por lo que Colombia no puede hacer negocios con esa empresa del vecino país.
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