El año pasado, las plantas térmicas registraron un crecimiento sostenido en sus precios promedio de oferta, llegando a alcanzar en noviembre los $966 kilovatios/hora (Kwh), explicado por el alza de los combustibles, según el reciente informe ‘Actualidad del sector energético colombiano’ de Corficolombiana.

Mientras que las plantas hídricas tuvieron una subida en el precio promedio de $204 Kwh, a pesar del acuerdo firmado entre el Gobierno y las empresas del sector, con el fin de reducir las tarifas, pues, el nivel de los embalses y los ríos usados para la generación hidráulica fue elevado, por ser año con mucha lluvia por el fenómeno La Niña.

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El analista de Sectores y Sostenibilidad del equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, José Luis Mojica, explicó a La Opinión que el sistema nacional parte en dos fuentes: contratos a plazos de más de un año entre agentes del mercado de energía (abastecen el 80% de la demanda), y el suministro que se transa en la bolsa con períodos diarios (representa el 20%).

“En los dos mercados vimos que los precios se elevaron por razones diferentes. En el caso de los contratos, estos precios dependen de un indexador que se fija en cada uno de los contratos y que tradicionalmente había sido el Índice de Precios al Productor (IPP). Entonces conforme crecía el IPP, los precios de los contratos firmados y aún vigentes empezaron a subir”, expresó Mojica.

El experto destacó que ese mercado vio unas presiones alcistas en los costos de la energía, que todavía se están dando, porque el IPP también empezó a crecer desde 2021 a unas tasas aceleradas por el choque inflacionario. 

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“El otro mercado depende mucho más de los costos que están teniendo cada uno de los generadores (térmicos, hídricos) que participan en la bolsa. Y siempre los precios están determinados por esos costos, más la rentabilidad”, añadió.

Demanda proyectada

Corficolombiana hizo una proyección de demanda de energía a partir del crecimiento real esperado del PIB, tomando como base las proyecciones del equipos de Investigaciones Económicas: 1,0% en 2023; 3,3% en 2024 y de 3,50% para 2025 a 2035, resultando en una demanda de 117.341 gigavatio/hora año (GWh) para 2035.

El documento arrojó que la demanda acumulada durante 2022 fue de 76.655 GWh, lo que representó un crecimiento de 3,31%, respecto a 2021 (74.116 GWh).

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José Luis Mojica afirmó que el sistema de energía, por ahora, tiene la capacidad de abastecer de manera holgada la demanda que proyecta la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), de 102.668 GWh-año para 2035, “incluso en períodos de sequía severos, para la libre actividad económica”. 

“Este es un sector que necesita prever con mucho tiempo de anticipación el crecimiento de la demanda, porque las inversiones son de largo plazo, pues tener un nuevo generador térmico o hídrico tarda mucho tiempo, por eso los precios de hoy deben dar la señales de que la inversión crezca en el tiempo”, señaló. 

El experto sostuvo que el sector pasa por una incertidumbre por el marco regulatorio que pretende el Gobierno y eso envía señales contradictorias difíciles de leer y que están moderando los incentivos a invertir, lo que puede tener consecuencias económicas sobre el crecimiento de la matriz, la generación de energía que necesita el país y sobre la confiabilidad del sistema.

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