Este número: 1.260, es el que se confirma de personas contagiadas con la viruela del mono o símica,  hasta el momento en Colombia, dos de los cuales corresponden a Norte de Santander.

Los reportes indican que por lo menos 40 de ellas han sido hospitalizadas, pero ninguna ha fallecido. De todos los casos notificados, un total de 1.250 son hombres y 10 son mujeres.

En cuanto al avance de la enfermedad en el departamento se conoce que el otro paciente detectado fue considerado como ‘adoptivo’ por el Instituto Nacional de Salud, porque no reside aquí.

Él ya estaba enfermo cuando arribó de Bogotá a la capital de Norte de Santander y por eso se le dió dicha caracterización especial.

En el país, los médicos han detectado que los más afectados son los hombres de 20 a 39 años, quienes en su mayoría (el 62,4 %) desconocen la fuente de contagio, según datos del Instituto Nacional de Salud (INS).

De acuerdo con el más reciente reporte de la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo se han infectado de viruela del mono unas 57.000 personas y han fallecido 22 personas por esa causa, es decir, en promedio una muerte cada ocho días.

Al observar el riesgo de fallecimiento por el brote global de viruela símica es del 0,04 % y, según  diversos especialistas el riesgo de morir es unas diez veces más bajo que el de la COVID-19.

Aunque esto causa preocupación entre los ciudadanos al ver un panorama sanitario deteriorado por la aparición de ese otro factor de riesgo, el ministerio de Salud de Colombia acaba de emitir un parte de tranquilidad.

La ministra Carolina Corcho  afirmó sobre la viruela símica lo siguiente: “Debo dar parte de tranquilidad por la disminución de casos de viruela del mono en Colombia en la última semana”.

Otros análisis internacionales han revelado que la tasa de mortalidad del actual brote global de viruela símica es más baja de lo esperado, pues oscila alrededor del 0,04 %, eso es significativamente menos que el 1-3 % que se ha informado durante los brotes causados por una cepa viral similar en África Occidental durante las últimas décadas, concluye un artículo del 13 de septiembre en revista Nature.

Todos estos son análisis estadísticos y científicos que se han ido recaudando para poder entender mejor este nuevo virus y su comportamiento, tanto desde el punto de vista de su propagación,  infección y efecto sobre los diferentes rangos de población.

A  seis meses del inicio del nuevo brote mundial, los científicos todavía están aprendiendo sobre el comportamiento de la viruela del mono, puesto que la dinámica podría tener variaciones inesperadas y dejar de ser algo de ‘bajo riesgo’ como se está  notando en la actualidad y llegar a tener, de pronto, un comportamiento de mayor agresividad y riesgo.

Además, a diferencia del coronavirus, el contagio de la viruela del mono por vía respiratoria no es el más recurrente. Se cree que la transmisión más importante es por contacto con las lesiones en la piel y en las zonas infectadas, además de la ropa u otros elementos personales del enfermo.

En medio de esas valoraciones, lo cierto es que sigue en vigencia la notificación de que la población ni puede bajar la guardia ni tampoco exponerse, porque estamos ante situaciones sanitarias desconocidas que amenazan la salud humana con mayor crudeza, mostrándonos para nuestro caso de residentes en frontera, que el aspecto de salud es otro de los aspectos a consolidar entre Colombia y Venezuela, para evitar sorpresas futuras.

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