El momento más tenso del debate presidencial de la noche del lunes se dio cuando Sergio Fajardo le lanzó una pregunta crucial a Gustavo Petro porque con ella puso a tambalear las propuestas, que el mismo Fajardo calificó de populistas, del candidato de izquierda. Le dijo: “Con mi equipo de trabajo hicimos unas cuentas. Seis programas de Gustavo Petro me dan una suma de 130 billones de pesos, lo que cuestan. Él propone una reforma tributaria para recoger 65 billones de pesos, le quedan faltando 65 billones de pesos para cumplir solamente con estas propuestas”.
Petro le respondió que con su reforma tributaria de 50 billones de pesos anuales sería suficiente para cubrir los programas, a lo que Fajardo le replicó pasándole el papel con las sumas y multiplicaciones según las cuales la feria de propuestas de Petro costarían 129,5 billones de pesos anuales.
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Como si las propuestas sociales no estuvieran por fuera del alcance del presupuesto del país, Petro entonces sumó un nuevo desafío que parece inalcanzable: el de hacer una reforma que aspira recoger más del doble de los tributos que la reforma del año pasado que intentaba conseguir 23 billones de pesos y que se usó como excusa para incendiar el país. No obstante, estas se diferencian en quiénes son los que pagan los impuestos: la de Duque estaba enfocada en el IVA y la de Petro en quitar las exenciones a la renta.
El análisis lo hizo Fajardo sobre siete programas que ha enarbolado Petro como banderas de su campaña: media mesada para 5,8 millones de adultos mayores que no tienen pensión, un subsidio para las madres cabeza de hogar que tienen hijos en la primera infancia, un programa de médicos que van a las casas pagado por el Estado, el mínimo vital de agua, los aportes a salud y pensión de quienes ganan un mínimo que serían aportados por el Estado asumiría y la idea de que el Estado le dé trabajo a todos los desempleados.
Todos esos siete puntos costarían 129,5 billones, según las cuentas que le hizo Fajardo y que pudo constatar El Colomniano. La controversia entre los dos candidatos siguió ayer vía Twitter durante el día y apareció otro ítem, la gratuidad en la educación superior, que elevaría en 10 billones de pesos ese gasto, hasta los 139,5 billones de pesos anuales.
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Sin embargo, ayer mismo Gustavo Petro no solo aseguró que “el gasto nuevo” de su programa es de una cifra muchísimo menor, “19,5 billones de pesos”, sino que no va a utilizar todo el dinero de la reforma tributaria en gasto social: “la reforma tributaria que proponemos es de 50 billones de pesos, de la cual la mitad debe ir a disminuir el déficit fiscal”.
Las cuentas de Petro
Al revisar en detalle los ocho proyectos sociales las cuentas tienden a ser las que hizo Fajardo: es decir, los 139,5 billones de pesos.
El primero de los programas es el ingreso o renta básica de 500 mil pesos para los 5,8 millones de adultos mayores que no tienen pensión. Esa propuesta también la tienen en sus programas los candidatos Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez e, incluso, Rodolfo Hernández planteó una más osada: un subsidio de un millón de pesos que tampoco detalla cómo financiaría.
En todo caso, implementar un ingreso mínimo garantizado para los ancianos que no tienen un sustento vale 18 billones de pesos anuales. Una cifra que tanto Petro como Fajardo han reconocido en sus alocuciones públicas.
Hay que decir que Petro menciona que esos 18 billones de pesos anuales los pagaría con la reforma pensional, pues en su teoría ese sería el monto que cada año quienes se verían obligados a pasarse de los Fondos Privados a Colpensiones.
El segundo programa es el del ingreso –también de 500 mil pesos– para las madres cabeza de hogar cuyos hijos están en la primera infancia (de 0 a 6 años). En este caso, Petro ha cambiado de cifra pues en un primer momento dijo que la idea era darle ese subsidio a casi 5,7 millones de familias y el lunes en el debate dijo que sólo era para un millón de mujeres, para las más vulnerables.
En este punto está la principal discrepancia. Con la cifra que Petro daba antes del debate el monto al año sería de 34 billones de pesos, pero como por arte de magia redujo la población beneficiada en el debate, el total serían 6 billones al año. Es decir, habría una primera diferencia de 28 billones de pesos.
El tercer programa es el de los 10.000 médicos para atender a domicilio pagados por el Estado que él afirmó costaría 5 billones de pesos anuales. Con este las cuentas ascendería a 57 billones de pesos por cubrir.
El cuarto programa es el del mínimo de agua gratuita para todos los ciudadanos, una iniciativa que los gobiernos anteriores ya abordaron, pero que no se ha podido ejecutar en Colombia.
Según el concepto que dio el Ministerio de Hacienda en 2017, para ese momento este costaría 6,5 billones de pesos anuales. Han pasado cinco años desde entonces, por lo que a ese valor hay que aplicar la inflación de este tiempo, que eleva ese presupuesto a 8 billones de pesos anuales.
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Así que con ese valor las cuentas ya irían en 65 billones de pesos anuales para las iniciativas asistencialistas.
La quinta propuesta es que quienes ganan un salario mínimo no tengan que asumir el porcentaje del 4% de sus salarios a salud y pensión. Si quienes devengan poco asumen cero pesos de esos ítems, quedaría en manos del Estado cubrir ese componente, que tendría un costo de 6,5 billones de pesos anuales si se hace responsable solo de los que ganan un mínimo. Con ese número las cuentas van en 71,5 billones de pesos anuales en nuevo gasto.
La sexta propuesta, y tal vez la más polémica, es la del Estado como empleador de última instancia, que se traduce en que este ocupe a quienes no han podido insertarse en el mercado laboral. La tasa de desempleo en Colombia, a marzo, fue de 12,1%, según el Dane, lo que traduce en que 2,9 millones de personas no tienen trabajo.
El cálculo que le mostró Fajardo a Petro indican que darles un trabajo a esos ciudadanos dentro del Estado requeriría un gasto anual de 58 billones de pesos. Y ese, precisamente, es la joya de la corona por la que las cuentas que le presentó el candidato de la Centro Esperanza a su contrincante del Pacto Histórico llegan hasta los 129,5 billones de pesos.
Aceptando el cambio de última hora en el punto 2, el de las madres cabeza de familia, si se le restan 28 billones, de todas maneras la cifra sería de 101,5 billones de pesos.
¿Cifras irrealizables?
Pero falta un programa social más que requiere una inversión robusta. Como él mismo Gustavo Petro le dijo a su opositor: “No incluiste nuestro mayor programa que sí generaría gasto nuevo: el del sistema de educación superior para cubrir la totalidad de la juventud de manera gratuita que haría subir el presupuesto de la educación superior de 4 a 14 billones de pesos anuales”.
La meta del político de izquierda es que todos los jóvenes puedan acceder a la educación superior y que está sea pública y gratuita. Sumando esos 10 billones de pesos, el gasto social de su programa de gobierno quedaría en 139,5 billones de pesos anuales, en un contexto en el que su reforma tributaria solo habla de incrementar el recaudo en 50.
Dimensionar esa cifra es difícil y, para la muestra, un botón: con ese dinero se construirían 10 metros como el que se está construyendo hoy en Bogotá, o se desarrollarían siete proyectos energéticos como Hidroituango o se financiaría cinco veces el paquete de vías 4G del Ministerio de Transporte para toda Colombia.
Justamente, el presupuesto de gasto de Colombia para todo 2022 es de 69,6 billones de pesos y el de 2021 fue de 58,6. En otros términos, el gasto social de un posible gobierno de Petro implicaría el doble del dinero que el Estado gastará este año y esos miles de millones de pesos deben salir de alguna fuente de recaudación.
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