El exsacerdote y escritor samario, Alberto Linero, volvió a encender el debate teológico en Colombia con sus recientes declaraciones sobre la inexistencia del diablo, un tema que ha generado tanto apoyo como controversia entre creyentes y teólogos.

Linero, quien en 2018 decidió retirarse del ejercicio sacerdotal activo, sigue siendo una figura influyente en los medios de comunicación, donde continúa su misión de enseñar y reflexionar desde una perspectiva laica. Sin embargo, sus palabras en el programa ‘Me raya la cabeza’ desataron una ola de opiniones encontradas.

Durante su participación en el programa, Alberto expresó abiertamente que la figura del diablo es, en su opinión, un concepto teológicamente insostenible.

“El diablo no existe. Dejen de joder. Es un maniqueísmo de un diablo enfrentado a Dios, eso es poca teología. Eso es no haber estudiado Teología”, afirmó, con el tono directo que lo caracteriza.

Lea: J Balvin será premiado en los Billboard por su trabajo filantrópico

Una nueva interpretación del mal

El también periodista sostiene que el mal existe, pero no como una entidad que compite con Dios, sino como una consecuencia de las decisiones humanas.

“Dios es todopoderoso, es decir, yo creo que el diablo existe en cuanto existe el mal y en cuanto en el corazón del hombre hay la posibilidad del mal por la libertad. Pero yo no creo que haya una competencia. ¿Tú te imaginas a Dios peleando con el diablo? Dios creó todo y todo es bueno”, explicó.

Con estas palabras, el samario sugiere que el mal no es una fuerza exterior que lucha contra el bien, sino el resultado de las elecciones que las personas toman con su libertad.

El escritor también comparó esta idea con aspectos cotidianos, utilizando el ejemplo del ron para ilustrar cómo algo que es intrínsecamente bueno puede distorsionarse a través del abuso.

“El ron es bueno, ah, pero si te vuelves alcohólico o si con tu ron terminas golpeando a la gente o agrediendo a los otros, lo malo es tu actitud”, afirmó, enfatizando que es la acción humana, no el objeto en sí, lo que determina el mal.

Lea aquí: Eduardo Pérez remplazaría a Pipe Bueno de jurado en 'Yo me llamo'

Un trasfondo de soledad y cambio

Las reflexiones de Alberto Linero sobre el diablo y el mal se enmarcan en un contexto más amplio de transformación personal que comenzó en 2018, cuando decidió abandonar el sacerdocio.

En una entrevista con Caracol Televisión, el conferencista, de 55 años, reveló que su salida de la vida religiosa no fue una crisis de fe, sino una respuesta a una profunda sensación de soledad.

Durante años, fue una figura prominente en la televisión colombiana, conocido por su carisma y su habilidad para comunicar temas religiosos de manera accesible. Sin embargo, Linero explicó que su problema no era con Dios, sino con la falta de vínculos fuertes en su vida personal.

“Cuando yo dije que había tenido soledad, mi problema no era con Dios… Yo no he dejado de creer, no he dejado de orar, nunca he tenido dudas de él”, afirmó. Según detalló, una hospitalización por complicaciones de diabetes lo llevó a reflexionar sobre su vida y a tomar la difícil decisión de colgar la sotana.

Le puede interesar: Miss Universe Colombia, Daniela Toloza, llevará su mensaje de empoderamiento a una audiencia global

Reacciones y debate

Las declaraciones del exsacerdote sobre el diablo generaron una amplia variedad de reacciones. Algunos sectores conservadores dentro de la Iglesia Católica rechazaron sus palabras, considerándolas una desviación de la doctrina tradicional que afirma la existencia del diablo como un ser real.

Por otro lado, algunos teólogos y pensadores liberales han respaldado su interpretación, argumentando que la concepción del mal, como un resultado de la libertad humana, es más coherente con una teología moderna y con una comprensión más profunda de la naturaleza de Dios.

El debate sobre la existencia del diablo no es nuevo en la historia de la Iglesia, pero las palabras de Alberto revitalizaron una discusión que toca el corazón de cómo los creyentes interpretan el mal y el sufrimiento en el mundo. En este sentido, Linero invita a una reflexión más crítica sobre las doctrinas que durante siglos han moldeado la fe cristiana.

A pesar de los desafíos emocionales que enfrentó tras su salida del sacerdocio, el samario encontró consuelo en su vida personal. Desde entonces, formó una relación sentimental que, según él, ha sido fundamental para reconstruir su vida.

Aunque ya no lleva la sotana, su influencia en los medios de comunicación y su compromiso con la fe siguen siendo fuertes.

Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion