En la geografía del oriente colombiano se halla un territorio donde la vida abunda, es mágico. En sus imponentes montañas el agua brota de las entrañas de la tierra, calmando la sed de los seres vivos que allí habitan, pero también, de millones de personas que residen en la cordillera de los Andes. El recurso hídrico es el tesoro más valioso de Santurbán, su conservación, es una misión de todos.

Así lo han entendido sólidas iniciativas de conservación del territorio en Norte de Santander, como el Fondo del Agua Alianza Biocuenca, que es gerenciado por la cucuteña Andrea Yáñez y ejecuta desde 2018, el proyecto Mi Páramo, cuyo principal socio financiero es la empresa Bavaria.

La compañía cervecera acaba de lanzar al mercado una nueva bebida: Zalva, un agua inspirada en la conservación de los páramos colombianos. La z utilizada en Zalva, viene de la palabra Zoque, que en lengua Muisca significa páramo.

Por cada botella de Zalva que tomen los colombianos se protegerá un metro cuadrado de bosque alto andino, plantándose especies nativas, educándose en buenas prácticas agrícolas y cercándose áreas estratégicas. El agua en su presentación de 600 mililitros tiene un costo de $1.500.

En esencia es un agua tratada bajo cuatro procesos de purificación, con los más altos estándares de calidad de Bavaria.

La botella es ciento por ciento elaborada con envases reciclados y para mitigar su impacto en el ambiente, funcionará bajo un modelo de economía circular. Es decir, a través de la compañía ENKA de Colombia se reciclarán los plásticos que salen al mercado.

ENKA recicla cerca de tres millones de botellas diarias y las convierte en materia prima para producir nuevas botellas y fibras textiles.

La presentación del agua está inspirada en la flora y en la fauna de los páramos y en el imponente paisaje del bosque alto andino.

Beber Zalva también se convierte en una experiencia de consumo con un propósito, contribuyéndose a la conservación de Santurbán. En las etiquetas aparecen especies como el oso de anteojos, el frailejón y el cóndor andino.

Bavaria, además, ha creado el portal www.aguazalva.co, donde los consumidores podrán conocer el avance del proyecto y saber en tiempo real cuántos metros cuadrados de bosque alto andino se están impactando positivamente, tanto en Santurbán como en otros páramos del país.

“En Norte de Santander tenemos un proyecto importante para Colombia. Contamos con el respaldo del sector privado y de Bavaria, que pone en el mercado el agua Zalva para generar los recursos que le den sostenibilidad financiera a esta gran apuesta de conservación en Santurbán”.

Mi Páramo

“El proyecto es concebido como una plataforma técnico-financiera para la conservación de los ecosistemas de alta montaña de Santurbán, mejorando la calidad de vida de los pobladores”, explica Diego Arévalo Uribe, director de Mi Páramo.

De acuerdo con el experto el proyecto tiene una base científica robusta y durante más de tres años se han monitoreado los ecosistemas de alta montaña.

“Generalmente, las apuestas se concentran en el páramo. Nosotros hablamos de alta montaña porque los bosques alto andinos tienen una conexión directa con el páramo y en ellos habitan familias que son vinculadas al proyecto”.

De acuerdo con Arévalo, las amenazas de estos territorios son el cambio climático, la minería y las actividades humanas de tipo productivo. Insertos en esta última, desde Mi Páramo, se busca mejorar la calidad de vida desde tres líneas de acción.

La primera hace referencia a la conservación, identificándose las zonas de bosque que son consideradas patrimonio ambiental y ecosistémico. “Donde hay amenazas se hacen aislamientos con cercas de postes plásticos reciclados que tienen una duración de 20 años. Buscamos la conectividad porque los servicios del páramo no solo están relacionados con el agua sino con la biodiversidad”.

La restauración es la segunda línea de acción. Para ello se reforesta con especies nativas que aporten al equilibrio del bosque y a mantener la oferta hídrica.

La última línea es el apoyo a la producción sostenible, mejorando las prácticas, reduciendo los impactos y ofreciendo alternativas para que con Mi Páramo las familias reconozcan que es posible conservar.

“Para ello, la Alianza Biocuenca tiene una línea fuerte de innovación con proyectos como Moda para Mi Páramo, que involucra a madres cabeza de hogar y le da valor a los saberes ancestrales, a técnicas como el tejido, elaborándose prendas con el más alto nivel e inspiradas en el páramo”.

Las acciones de Mi Páramo se iniciaron en Mutiscua y de acuerdo con la gerente de la Alianza Biocuenca, Andrea Yáñez, también cubren a otros municipios de Norte de Santander como Cucutilla, Arboledas, Pamplona, Pamplonita y Cácota.

“Nosotros vemos el páramo como un todo, desde la integralidad y por ello empezamos a hacer intervenciones en Charta (Santander), con proyección de llegar a Suratá, Vetas y California”, argumentó Yáñez.

Tanto la gerente de la Alianza Biocuenca como el director de Mi Páramo, coinciden en afirmar que los proyectos de acción colectiva tienen el reto de articular actores para robustecer el proceso, hecho que se ha conseguido con gestión.

A la par debe existir sostenibilidad financiera y para ello el agua Zalva entra a jugar un papel determinante en Mi Páramo, vinculando a la ciudadanía para que haga un consumo con propósito: conservar a Santurbán, territorio de vasta riqueza hídrica capaz de calmar la sed de más de dos millones de habitantes.

Proyecto

El proyecto Mi Páramo es ejecutado por el Fondo del Agua de Norte de Santander Alianza Biocuenca. El trabajo en pro de la conservación de Santurbán tiene como socios a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), a Bavaria, a la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ), a Corponor, a la empresa consultora GIS LAC, a la Cancillería, al Acueducto de Bucaramanga y a la Universidad de Pamplona.