La intuición que tuvieron los soldados que estaban en un puesto de control en la vía Astilleros-Tibú, la mañana de ayer, al percatarse de que los ocupantes de un taxi frenaron la marcha cuando los vieron, fue fundamental para evitar el posible objetivo de los sospechosos de activarles el carro bomba a su paso.

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Cuando los uniformados se alertaron, tras la actitud sospechosa del hecho, de inmediato alistaron los protocolos de seguridad para poder reaccionar ante cualquier eventualidad, ya que estaban al menos a 300 metros de distancia.

Justo en ese momento, un transeúnte confirmó la sospecha y les aseguró a los militares de que los hombres que iban a bordo del taxi frenaron cuando se dieron cuenta del puesto de control del Ejército, mientras transitaban en sentido hacia Tibú, en el sector Agua la Sal.

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Después de unos minutos, a las 11:30 de la mañana, se produjo una fuerte explosión que dejó al vehículo reducido en cenizas y algunas latas retorcidas.

Sin embargo, de sus ocupantes, que al parecer, eran tres hombres, no se tuvieron rastros.

El general Fabio Caro, comandante del Comando Específico de Norte de Santander, aseguró que, al parecer, el hecho fue cometido por miembros de la disidencia del Frente 33 de las Farc.

“Gracias al despliegue del Ejército sobre las vías se logró la neutralización de una acción terrorista contra la Fuerza Pública y la población civil”, dijo el oficial.

El militar insistió en que continuarán con las campañas de control y ofensivas para contrarrestar las acciones de los grupos armados ilegales que delinquen en Norte de Santander.

Por ahora las autoridades avanzan en las pesquisas para identificar la matrícula del vehículo y establecer si era un taxi robado.

Cabe resaltar que desde hace más de veinte días desapareció un taxi en el corregimiento Campo Dos, de Tibú, por lo que no se descarta que se trate de este mismo vehículo.

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Los hostigamientos

La tarde del miércoles, también miembros de la disidencia del Frente 33 de las Farc, atacaron con una granada de fragmentación a las instalaciones de la estación de Policía en Tibú.

Este hecho, según el coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander, se produjo por una retaliación, tras el frustrado ataque con un explosivo en el corregimiento Campo Dos, ocurrido el martes.

“En esa acción trataron de afectar nuestras instalaciones policiales, por lo que las unidades respondieron”, dijo el oficial.

Los policías desactivaron el explosivo y de esta manera se frustró el hecho en esta zona rural de Tibú.

Sin embargo, en el ataque que se registró la tarde del miércoles, resultó herido por las esquirlas el subintendente Yorman Gabriel Figueroa Bautista, mientras que otros dos uniformados resultaron aturdidos.

El suboficial herido tuvo que ser trasladado a la clínica Medical Duarte, donde permanece bajo atención médica.

Las autoridades avanzan en las investigaciones para esclarecer si el taxi bomba que fue activado ayer en el sector Agua la Sal, también iba a ser destinado hacia las instalaciones policiales o militares ubicadas en Tibú, un fortín de la disidencia.

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