Ayer, el rastro de la sangre que derramó Víctor Manuel Santamaría Molina, la noche del sábado, seguía intacto al frente del árbol, hasta donde llegaron a matarlo.

‘Gastón’, como era conocido este hombre, de 29 años, estaba en la calle 18 con avenida 7, del barrio Ospina Pérez, cuando un motorizado se le acercó y le disparó.

“Yo ya estaba quedándome dormida, cuando escuchamos un disparo, pero después se escucharon muchos más, ahí me asusté. Uno nunca sabe, el peligro es quedar en medio de las balas”, sostuvo una residente de ese sector de la ciudadela Juan Atalaya.

El hombre que apareció de la nada en una motocicleta, según testigos, luego de observar a Víctor Santamaría, se detuvo y arremetió violentamente contra él. Al menos 7 disparos le habría propinado.

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Cuando los residentes de esa cuadra se asomaron por las ventanas, observaron que el cuerpo sin vida del hombre quedó tendido a un costado de la vía. Refugiándose en sus casas, lo único que pudieron hacer fue llamar al cuadrante de la Policía.

Los uniformados, al llegar a las 10:30 de la noche, observaron que por el joven ya nada se podía hacer, los disparos que recibió fueron fulminantes, por eso solicitaron la presencia de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para que se encargara de la inspección técnica.

¿Un ajuste de cuentas?

Quienes transitaban ayer por el sector donde se dio el homicidio, recordaban lo sucedido la noche anterior y quedaban asombrados de pensar que la violencia no cesa en Cúcuta.

Y lo peor, es que todo correspondería a un ajuste de cuentas por la venta de drogas. Es por eso que la Policía analiza esta hipótesis y trata de establecer quién estaría detrás del hecho.

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