Tal parece que Oscar Eduardo Meneses Guerrero no aprendió la lección luego de ser capturado el 14 de julio de 2021 en un operativo contra la banda delincuencial Los Lisos, pues tan pronto salió de la cárcel, volvió a sus andanzas. Esta vez con una particularidad pues la mayoría de sus víctimas serían mujeres.

Para ese entonces, el joven conocido con el alias de Chicho, de 22 años, fue detenido junto con otras cuatro personas, señalados de cometer hurto a personas, comercio y residencias. Aunque lo enviaron al centro penitenciario de Cúcuta, salió tiempo después por vencimiento de términos.

Según las autoridades, al regresar al barrio Toledo Plata, donde reside su familia, estaría reagrupando algunas personas, entre ellas, a Michael Hernando Grisales Correa que fue capturado el pasado 7 de octubre, también vinculado en varios robos.

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Oscar Eduardo empezó a estar en el radar de las autoridades desde el 16 de febrero. Era la 1:00 de la tarde cuando el joven, que se movilizaba en una motocicleta, abordó a una mujer en el barrio Trigal del Norte.

“No se haga matar”, habrían sido las palabras que le dijo Chicho a su víctima mientras la amedrentaba con un arma de fuego.

A la mujer, atemorizada porque le estaban apuntando, no le quedó de otra que entregar el bolso con un celular, 50 mil pesos y sus documentos.

Luego, el joven huyó. Con lo que él no contaba era que la Sijín de la Policía Metropolitana de Cúcuta ya tenía identificadas sus características: contextura delgada, piel trigueña, cejas pobladas, un lunar entre la nariz y la boca, y alto.

A medida que avanzaba el proceso, los investigadores conocieron que los uniformados del Modelo Nacional de Vigilancia por Cuadrantes también tenían en el radar a Oscar Eduardo, porque lo llevaron varias veces a la estación de Policía por violencia intrafamiliar y riña en espacio público. Con esa información le empezaron  a hacer seguimientos y a recopilar todo el material probatorio suficiente para ponerlo tras las rejas.

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Volvió a delinquir

El 7 de marzo el joven volvió a actuar. En la calle 14 con avenida 17 del barrio Toledo Plata, cuando un trabajador de una compañía de telecomunicaciones realizaba sus labores técnicas, dos hombres habrían llegado en una motocicleta, roja.

Presuntamente Chicho, que era el parrillero, se bajó, le apuntó con una pistola a la víctima y le dijo que le entregara el celular. Después, se volvió a subir y huyó con rumbo desconocido.

Como la comunidad ya lo reconocía, le dio la información al trabajador de que se trataba de Meneses Guerrero, quien  pertenecería a una banda de atracadores que tenía azotados los barrios Toledo Plata, Trigal del Norte, La Concordia y Simón Bolívar.

Pero su accionar no se detuvo ahí. El 1 de junio se volvió a escuchar su nombre cuando una vendedora de tintos fue intimidada y atracada. El hecho sucedió en la calle 3 con avenida 4 del barrio Trigal del Norte cuando dos hombres, también en motocicleta, la abordaron.

Según la denuncia, Chicho la habría empujado contra la pared amenazándola de que le iba a “pegar un pepazo” si no le entregaba todo, además de pegarle una cachetada. Ese día se llevó el celular, los termos de los tintos y sus documentos.

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Uno más

Cuando se pensaba que el joven había desaparecido, pues durante más de un mes no se escuchó ningún atraco por el sector, el 27 de julio otra mujer se convirtió en su víctima.

Esta vez, sucedió en el barrio La Concordia a las 3:20 de la tarde. Al parecer, cuando la mujer se encontraba afuera de su casa, llega Oscar Eduardo en una moto Bóxer, negra, y la amenazó para que le entregara el celular.

Después de ocho meses de investigación, las denuncias de las víctimas, las labores de vecindario y la recolección de videos, fueron suficientes para que el Juzgado Segundo Penal Municipal con Función de Control de Garantías Ambulante de Cúcuta emanara una orden de captura en su contra, el pasado martes, por hurto calificado y agravado.

Al día siguiente, la Sijín lo atrapó en la calle 13 entre avenidas 12 y 13 del barrio Toledo Plata. Oscar Meneses fue presentado a la Fiscalía en donde un juez decidió enviarlo directamente a la cárcel.

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