Óscar Amín Albarracín Orejuela creyó que huyendo hacia Venezuela podría distraer a las autoridades que le seguían el rastro por presuntamente pertenecer a una banda delincuencial dedicada al microtráfico en la ciudadela Juan Atalaya. Sin embargo, la Policía emitió una circular azul de Interpol en su contra y así fue cercándole los pasos.
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Atrapar a este presunto expendedor de drogas al servicio del reconocido delincuente y microtraficante ‘Porras’, quien está detenido, era un objetivo importante para las autoridades, pues así evitarían que tratara de reorganizar la estructura.
Una fuente judicial cercana a las pesquisas aseguró que Albarracín Orejuela se salvó de ser capturado en noviembre del año pasado, cuando la Sijín de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) detuvo a siete de los integrantes de la banda ‘Los Masivos’, entre estos, a una mujer, señalados de expender drogas en los barrios Antonia Santos y Atalaya Primera Etapa.
Cuando los uniformados conocieron que Óscar Amín huyó hacia Venezuela, de inmediato activaron la circular azul de Interpol para que la Policía pudiera detenerlo en cualquier país donde fuera ubicado.
Sin embargo, el sospechoso regresó a la capital de Norte de Santander y se paseaba tranquilamente por el barrio Antonia Santos, por lo que así fue que unidades de la Policía, adscritas al CAI Kennedy, lo interceptaron en patrullajes de registro y control y lo detuvieron, en la calle 15 con avenida 53, cuando estaba frente a su casa.
“Su rol era distribuir a otros expendedores, recolectar las finanzas y también estaba encargado de la seguridad de las sustancias estupefacientes que vendían”, explicó la fuente.
Infiltrado
Un policía de civil se infiltró en la banda ‘Los Masivos’ para conocer los movimientos delictivos de cada uno de sus integrantes, además de ganarse la confianza y caracterizarse como consumidor de drogas.
La caída de los presuntos expendedores se inició en febrero del año pasado, cuando la Sijín fue alertada de la existencia de este grupo delincuencial que se encargaba del expendio de drogas en estos sectores de Atalaya.
Cuando la Policía conoció que ‘Los Masivos’ recibían órdenes de ‘Porras’, de inmediato activaron las estrategias necesarias para no dejar escapar a ninguno de sus integrantes.
“El agente encubierto tenía compras de droga controladas y así se fue ganando la confianza de los presuntos expendedores, identificándolos, así como a los sitios donde vendían droga”, indicó una fuente judicial cercana a la investigación.
Extraoficialmente se conoció que ‘Porras’ les había dado al grupo el sector Natilán, donde hay varias discotecas, estancos, bares y escenarios deportivos, además de las canchas de fútbol de Antonia Santos.
“Cada uno se encargaba de vender las dosis y responder por la ‘mercancía’, no podía faltar ni una dosis, porque tendrían problemas con su ‘patrón’. Ellos llevaban tres años en la banda de ‘Porras’, y sabían cómo pagaban las consecuencias’”, indicó la fuente.
Los presuntos ‘jibaros’ vendían la droga a pie, llegando a obtener hasta $32 millones mensuales en ganancias.
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