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Judicial
El Judas del DAS que ayudó a huir a 'Megateo'
40 años deberá pagar el agente del DAS, Carlos Alberto Suárez Reyes, por la muerte de 10 de sus compañeros en el 2006.
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Jhon Jairo Jácome Ramírez
Domingo, 3 de Junio de 2012

En el que es considerado el peor ataque contra el desaparecido DAS, desde el perpetrado contra sus instalaciones en 1989 por orden de Pablo Escobar, la justicia logró comprobar que uno de los detectives de esa institución fue pieza clave para que guerrilleros del Epl, al mando de Víctor Ramón Navarro, alias Megateo, asesinaran en zona rural de Hacarí, Norte de Santander, a 10 miembros de ese organismo y 6 más del Ejército. (Sumario)

Dos puchos de cocaína, un reloj de oro y $2 millones, fue el precio que se tasó por la vida de los 16 miembros de la fuerza pública.

Según la declaración de uno de los principales testigos del caso, ese fue el pago que alias Megateo le dio a Oscar Mauricio Rojas y Carlos Alberto Suárez Reyes, detective del DAS, por la información que le suministraron sobre el operativo en el que esa institución, en compañía del Ejército, pretendían capturarlo.

La muerte de los detectives del DAS y los miembros del Ejército ocurrió el 20 de abril de 2006 en zona rural de Hacarí, en un punto entre Mesarrica y Astilleros.

Ese día, guerrilleros del Epl activaron seis cargas, tres principales ubicadas en el centro de la vía y tres cargas accesorias que fueron puestas en un barranco. Según las autoridades, más de mil kilogramos de explosivos fueron utilizados en el ataque.

Los detectives del DAS, enviados directamente desde Bogotá por el alto grado de confidencialidad que conllevaba la operación, se movilizaban junto a los miembros del ejército en un camión blindado que había sido acondicionado para que desde el exterior no se pudiera observar lo que contenía. La operación fue bautizada como Troya.

El DAS había logrado infiltrar la estructura de Megateo con uno de sus detectives a quien hizo pasar por vendedor de armas. El día de los hechos, se suponía que iban a intercambiar un cargamento de fusiles por 150 kilos de cocaína de alta pureza.

La operación había sido concebida meses antes y muy pocas personas sabían de ella. De hecho, solo un par de días antes los detectives que participarían de la misma fueron informados sobre la importancia de la persona que iban a capturar y los detalles como se iba a llevar a cabo la operación.

Carlos Alberto Suárez Reyes, detective del DAS que conocía de la operación, iba en el camión blindado. Sin embargo, antes de llegar al punto donde fueron emboscados, fue bajado del mismo por orden de un superior y reemplazado por otro miembro de esa institución, sin que hasta el momento se haya podido establecer el por qué de este cambio de última hora.

La comisión iba acompañada por otros vehículos, que esperarían en un punto cercano al lugar donde se llevaría a cabo la captura de Megateo y un helicóptero que prestaría apoyo en caso de ser necesario. El éxito, por la minuciosidad con que se había concebido, estaba asegurado para la operación.

Fue quizás por la confianza que tenían en el buen desarrollo de la operación, que días después del cruento asalto, el entonces director del DAS, Andrés Peñate, confirmó la sospecha que desde el principio se contempló.

Ante la pregunta de por qué falló una misión que se creía secreta, Peñate respondió: “se rompió el secreto en algún punto”.

Oscar Mauricio, el contacto de Megateo

Para la Fiscalía, la acusación contra Suárez y Rojas se dio luego de las investigaciones adelantadas en su contra y en las que se logró comprobar, mediante la recolección de abundante material probatorio, que Oscar Mauricio vendió la información del operativo a Megateo a cambio de dinero.

Según el ente acusador, la información le había sido suministrada por su primo Carlos Alberto, conocedor de la operación, toda vez que él era uno de los detectives del DAS que iba a participar de la misma.

Dentro de la investigación se lograron interceptar varias líneas telefónicas, utilizadas por Rojas, su novia y Megateo, en las que quedaron consignadas varias horas de conversaciones entre ellos y en las que, sin saber que eran escuchados por las autoridades, dejaron en evidencia su participación dentro del atentado.

Rojas, con la información que su primo Suárez le suministró, logró alertar horas antes del operativo a Megateo quien, en coordinación con sus hombres, prepararon el atentado en el que, además de los explosivos, los guerrilleros masacraron a los miembros de la fuerza pública con tiros de fusil en la nuca.

Carlos Alberto Suárez Reyes, detective del DAS y su primo Oscar Mauricio Rojas, fueron vinculados mediante diligencias de indagatoria el 9 de mayo y 28 de febrero de 2009, respectivamente, ante la Fiscalía 42 Especializada de la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de Cúcuta y acusados formalmente el 8 de enero de 2010.

Una condena y una absolución en primera instancia

El Juzgado Primero Adjunto Penal del Circuito Especializado de Cúcuta, condenó, el 24 de marzo del año pasado, a Oscar Mauricio Rojas a 40 años de cárcel por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado y utilización indebida de información oficial privilegiada.

Según se lee en el fallo proferido por ese juzgado, el testigo Luis Eduardo Castañeda Torres, quien manifestó ser amigo de los dos procesados, sostuvo que fue Rojas quien le contó que había tenido que ver con la muerte de los miembros de la comisión que iba a capturar a Megateo.

Castañeda indicó que Rojas le contó a Megateo, por información suministrada por su primo del DAS, por dónde, a qué horas y en qué medios, la comisión iría en su búsqueda.

Incluso, Castañeda le manifestó a las autoridades que en repetidas ocasiones Rojas le había dicho que por ningún motivo su primo Carlos Alberto podía enterarse que él sabía lo del atentado a la comisión.

Sin embargo, en esa primera sentencia el juzgado consideró que el testimonio de Castañeda no tenía la potencialidad probatoria suficiente para dar por demostrado el nexo o vínculo que entre Rojas y Suárez se pretendía comprobar.

Según el juzgado, no era lógico que Suárez, quien días antes había participado en una comisión fallida en contra de Megateo, fuera a exponer su vida una vez más, suministrando información al guerrillero sobre una nueva comisión en la que él, además, también participaría. El juzgado también desestimó el testimonio de Castañeda toda vez que lo consideró un testigo de oídas pues según él, Rojas fue quien le contó sobre la ocurrencia de los hechos y su participación, así como la de Suárez.

Por tal motivo, ese juzgado decidió absolver a Suárez y revocar la medida de aseguramiento preventiva que cursaba en su contra.
La decisión del juzgado fue apelada por la defensa de Rojas, la Fiscalía y el representante del ministerio público.

La alegría duró poco

La sentencia proferida por el Juzgado Primero Adjunto Penal del Circuito Especializado de Cúcuta, llegó al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta, Sala Penal de Decisión, que en segunda instancia confirmó el fallo en contra de Oscar Mauricio Rojas y revocó la absolución que ese juzgado había hecho de Carlos Alberto Suárez Reyes y lo condenó a la pena de 40 años como autor de las conductas de homicidio agravado en concurso heterogéneo con el punible de concierto para delinquir y utilización indebida de información oficial privilegiada.

Según el tribunal, el testimonio de Castañeda era válido para acreditar la responsabilidad de Suárez, al punto que “detallada la ilación procesal de la investigación denota con amplia idoneidad de los comportamientos que en efecto revisten las características de delitos y la responsabilidad penal del procesado (Suárez)”.

Para el tribunal, Suárez participó activamente, en su calidad de agente activo del DAS, suministrando información privilegiada a Oscar Mauricio Rojas, colaborador de Megateo y quien en efecto prestó auxilio a este para evitar ser capturado.

Como Suárez se encontraba libre, el tribunal libró orden de captura en su contra.

Capturado en Bogotá

El pasado 14 de mayo, Suárez fue capturado en la capital por agentes del CTI, quienes en medio de la diligencia le dispararon en la pierna izquierda. Luego de ser sometido a dos cirugías y hospitalizado por nueve días, Suárez fue trasladado a la cárcel de La Picota de Bogotá.

La esposa de Suárez interpuso un habeas corpus que el Juzgado Cuarto Laboral del Circuito de Bogotá negó.

Este recurso puede ser apelado. Además, Suárez interpuso una demanda de casación cuyo vencimiento ocurrirá el próximo 25 de junio.

Salvado por segunda vez

Dos años y tres meses después del atentado en el que murieron los 10 detectives del DAS, 6 miembros del Ejército y un informante, el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad volvió a tener la oportunidad de capturar a Megateo.

Fue en julio de 2008 cuando dos hombres pertenecientes al círculo más íntimo del guerrillero, lograron drogarlo junto a uno de sus escoltas. Pretendían entregárselo al DAS a cambio de la recompensa que las autoridades colombianas ofrecían por su captura.

La entrega de Megateo y su escolta se dio a las afueras de Ocaña, donde dos detectives del DAS los montaron en el platón de una camioneta de la institución con el fin de traerlo a Cúcuta.

Sin embargo, y dentro de lo que todavía se considera como un misterio, Megateo desapareció en algún punto de la vía que de Ocaña conduce a Cúcuta. Los detectives encargados de su custodia manifestaron en ese entonces que, al intentar recapturar a Megateo, sus armas se habían encasquillado y no habían podido detenerlo cuando este se internó en la maleza.

Una vez más Megateo, como por arte de magia, había logrado fugarse de las autoridades.

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