El frente urbano nacional Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo, del Ejército de Liberación Nacional (Eln), confirmó a través de un comunicado oficial su responsabilidad en la instalación de dos artefactos explosivos, en los barrios San Rafael y La Victoria, además de la distribución de algunos panfletos, entre la madrugada y la mañana de ayer.

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Precisamente, ambos hechos demostraron el poder que tiene esa guerrilla en la capital de Norte de Santander para generar temor entre la ciudadanía y que los constantes patrullajes de la Policía de Cúcuta no son suficientes para detener a esa guerrilla.

Los investigadores de la Sijín que asumieron las pesquisas revisan las cámaras de seguridad de ambos sectores para identificar a los responsables que dejaron esos elementos abandonados y capturarlos.

Las horas de pánico

Cuando el reloj marcaba la 1:00 a. m. y todos dormían en la avenida 1 con calle 24, de San Rafael, unos desconocidos arribaron hasta una esquina del parque principal de ese barrio y dejaron tirada al lado de una cámara de fotomulta una carga explosiva, que estaba escondida en una caja de cartón.

Pese a que a pocos metros hay un CAI, ninguno de los policías se percató de esa situación hasta que una persona los alertó, por lo que acordonaron la zona y llamaron a los expertos en explosivos para que controlaran la situación.

Los técnicos en explosivos arribaron al sitio y tras varios minutos de inspeccionar ese artefacto con un perro entrenado para detectar bombas y un robot diseñado para esa titánica labor, confirmando que se trataba de un explosivo.

El artefacto fue detonado de manera controlada minutos después. La onda explosiva despertó a la mayoría de los residentes de ese sector de la Comuna 10, quienes salieron a la calle para ver qué acababa de ocurrir.

“Una parte de lo que quedó del elemento explosivo será llevado para Bogotá para ser analizado por la Dijín, que se encargara de determinar qué elemento emplearon… Se cree que el ataque era para provocar pánico, la carga no parecía ser lo suficientemente letal como para tumbar la fotomulta”, indicó una fuente judicial.

Temor en La Victoria

El hallazgo en San Rafael fue el inicio de un día de pánico, hacia las 6:00 de la mañana, en la avenida 1 con calle 5, de La Victoria, un hombre que acostumbra a regar las matas de una doble vía, a esa hora, encontró una caja de cartón que se estaba quemando.

La reacción de la persona fue echarle agua a la caja, en ese mismo instante observó unos  panfletos del Eln, por lo que se atemorizó y llamó a la Policía, quienes llegaron hasta esa cuadra, según se conoció.

Los uniformados acordonaron la zona y desalojaron a los residentes de las casas cercanas, mientras esperaban a que los expertos en explosivos arribaran para confirmar si había una bomba.

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Hacia las 9:30 de la mañana, arribaron los técnicos en explosivos, en medio de las miradas de varios curiosos que rumoraban cómo habían descubierto el paquete y el peligro que sentían por esa situación.

Uno de los uniformados se acercó con un perro antiexplosivos hasta el árbol donde estaba la caja de cartón, el animal olfateó ese elemento e hizo una señal que parecía indicar que si había una bomba.

El policía se retiró y minutos después el robot de los técnicos en explosivos se acercó y revisó qué había dentro. Mientras eso sucedía, el ambiente en esa cuadra era de incertidumbre y tensión.

“Es que uno nunca ha presenciado eso, uno piensa que el animal y su amo (el policía) les explote la bomba o le suceda eso al robot. Eso genera un miedo”, comentó un residente de esa zona de Atalaya.

Media hora después, los expertos en explosivos descartaron que se tratara de una bomba, por lo que se acercaron y recogieron la caja y los panfletos que guardaron en unas bolsas plásticas transparentes y se los llevaron para ser analizados.

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