La muerte sigue rondando y cobrando su cuota de sangre en los barrios de la periferia de Cúcuta, donde dos mujeres fueron asesinadas, al parecer, por un grupo de 10 hombres encapuchados que portaban armas cortas y largas, al interior de su humilde vivienda en la parte alta de Pueblo Nuevo.

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El caso ocurrió hacia las 9:30 de la noche del sábado, en un empinado sector en el occidente de Cúcuta, donde confluyen construcciones informales, la mayoría ranchos de tablas, zinc y plásticos, con acceso únicamente peatonal, por senderos serpenteantes  que hacen difícil el acceso y que conecta con el barrio 6 de Enero. 

En uno de esos ranchos ocurrió el doble homicidio, cuando los victimarios habrían sorprendido a sus ocupantes, adultos y niños,  a quienes redujeron a la impotencia obligándolos a tenderse en un colchón que estaba en el suelo.

Trascendió que dos mujeres fueron apartadas del grupo, a quienes llevaron a otro cuarto, donde las asesinaron de varios impactos de bala. Las víctimas fueron identificadas como las hermanas Ayxa Pérez Linares, de 40 años, y Daniela Pérez Linares, de 27.

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Una vez perpetrado el atroz crimen, los encapuchados les advirtieron a los demás integrantes de la familia, que debían abandonar el lugar en un tiempo de 24 horas, procediendo a retirarse tan sigilosos como habían llegado, teniendo como cómplice la oscuridad del lugar y el temor de los habitantes del sector, que prefieren resguardarse temprano en sus ranchos, porque como dijeron algunos en baja voz, “esto se volvió a calentar”.

Las autoridades judiciales que atendieron el caso recabaron información que les permita dar con los autores de este hecho, con la dificultad que en ese sector de Cúcuta reina la ‘ley del silencio’ porque la gente tiene miedo de las retaliaciones si llegan a entregar información, máxime cuando en las noches se ven personas armadas.

Se conoció que Ayxa habría llegado al lugar hace algunos años, donde con sacrificio logró comprar el lote, por el que pagó $3,0 millones, procediendo a armar el rancho que le dio cobijo a su numerosa familia. Daniela Pérez, por su parte, se dedicaba al reciclaje, por lo que todos los días los vecinos la veían salir temprano hacia la zona céntrica de la ciudad, en busca del sustento de sus hijos.

El domingo en la mañana, estas personas “que de milagro sobrevivieron”, como se escuchó en el sector, tuvieron que recoger las pocas pertenencias que encontraron a mano y salieron despavoridas hacia otros rumbos, quizás hacia su país de origen, donde las balas de los violentos no los alcancen.

Otros hermanos 

A estas muertes se sumó otro hecho violento en la madrugada del 1 de octubre, en la avenida 10 con calle 27 del barrio Cuberos Niño, suroccidente de la ciudad, donde asesinaron  a bala a  Carlos Alberto Anzola Sánchez, y herido con arma blanca su hermano Pastor Antonio Anzola.

cuadrante del barrio Alfonso López hallaron en la vía pública el cuerpo sin vida de quien fue identificado como Carlos Alberto Anzola Sánchez, quien fue atacado con arma de fuego.

En el lugar se encontraba igualmente el hermano de la víctima, Pastor Antonio Anzola, quien había sido apuñalado en varias partes del cuerpo, manifestando a las unidades policiales que se trató de una riña que sostuvieron con desconocidos, con el fatal desenlace. El caso es materia de investigación por parte de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), que se encargó del levantamiento del cadáver. 

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