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Judicial
Extorsión y drogas, lo que está detrás de los homicidios en Cúcuta
89 de las 261 personas asesinadas en lo corrido de este año, gozaban del beneficio de casa por cárcel.  
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Andrés Julián González
Andrés Julián González Pardo
Sábado, 5 de Noviembre de 2016

La cultura de ilegalidad y la disputa a sangre y fuego del territorio en el área metropolitana de Cúcuta, continúan dejando saldos violentos en esta zona del país.

De los 261 homicidios registrados en Cúcuta y su área metropolitana en lo corrido de este año, 89 han sido de personas que tenían antecedentes judiciales, gozaban del beneficio de casa por cárcel con vigilancia electrónica o acababan de salir de prisión.

La explicación del comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel Yesid Arango Sierra, respecto a esta constante, es que las personas que han pertenecido a grupos criminales que delinquen en Cúcuta y que acaban de cumplir sus penas en la cárcel, salen a enfrentarse con los nuevos líderes de los grupos armados ilegales, lo que produce muertes.

Un porcentaje considerable de las víctimas de homicidios en el área metropolitana de Cúcuta son personas con antecedentes judiciales.

“Los desmovilizados que salen de la cárcel se quedan acá en Cúcuta y tienen enfrentamientos con los grupos como el Clan del Golfo y Los Rastrojos, por el manejo de los expendios de drogas y las extorsiones”, dijo el oficial.

Uno de los homicidios más recordados en el último trimestre fue el de Armando Rafael Mejía Guerra, ‘Hernán’, excomandante paramilitar en Villa del Rosario, creador de los hornos de Juan Frío en los que este grupo armado desaparecía a sus víctimas.

A pesar de que aún no se han esclarecido los móviles del crimen, este es un ejemplo de la suerte que corren los exintegrantes de grupos armados ilegales que delinquen en esta zona.

‘Hernán’ alcanzó a gozar tres meses en libertad, tras salir de prisión luego de ser capturado en 2003 y posteriormente ser postulado a la Ley de Justicia y Paz con la desmovilización del Bloque Catatumbo de las AUC, en diciembre de 2004.

Al momento de su muerte, ocurrida el 10 de septiembre pasado, se conoció que Mejía Guerra, un mes atrás, había manifestado a Justicia y Paz que había sido contactado por una estructura criminal que delinque en la región y de la cual no precisó su nombre, para que se uniera a ella.

Al parecer, ‘Hernán’ rechazó la oferta para volver a delinquir y por eso indagó la posibilidad de cambiar de ciudad, para evitar ser objeto de este tipo de presiones.

Sin embargo, continúan las investigaciones para establecer con certeza  los móviles que originaron su crimen.

Un caso similar ocurrió el 18 de agosto, en el barrio Toledo Plata, donde fue asesinado de varios disparos Dionergen Durán García, de 32 años, un día después de recobrar su libertad.

En ese momento las autoridades señalaron que la víctima registraba en su contra una sentencia condenatoria de 50 meses de prisión por el delito de rebelión, expedida el 25 de agosto del 2005 por el Juzgado Primero Penal Municipal de Bucaramanga.

Entre tanto, en uno de los hechos más recientes registrado en el barrio El Callejón, fue asesinado Jeferson Andrés Serrano Suescún, quien según la Policía tenía el beneficio de casa por cárcel y contaba con vigilancia electrónica.

Esta particularidad deja entrever que muchas de las personas que no son enviadas a la cárcel tras ser capturadas, continúan deambulando por las calles sin ningún tipo de control, lo que genera un riesgo para la convivencia y la seguridad en Cúcuta y el área metropolitana.

El coronel Arango aseguró que el control de estas personas está a cargo del Inpec, y que el mismo es muy complicado debido a que los elementos electrónicos presentan fallas en las plataformas que dificultan la ubicación del detenido.

El oficial dijo que en ciertos sectores de la ciudad se tiene un cubrimiento riguroso de este tipo de personas pero en otros lugares se presentan fallas.

Arango Sierra explicó que una de las estrategias que utilizan los beneficiados con la casa por cárcel es que cuando a los dispositivos electrónicos que portan se les desactiva el sistema de ubicación, las autoridades se tardan entre 10 o 15 días en reprogramarlo, por lo que los detenidos aprovechan esto para volver a delinquir en la ciudad.

El oficial insistió en que la mayoría de homicidios que se registran en Cúcuta se da por la disputa del control de las extorsiones. Por esto, la Policía adelanta una estrategia que permite afianzar los lazos con la comunidad para aumentar las denuncias contra este delito.

Arango recordó que los vendedores informales son unos de los blancos más apetecidos por los extorsionistas en la ciudad, pues con estas personas pueden recolectar dinero de una manera más rápida, así no sea en grandes cantidades.

En lo corrido de este año la Policía ha capturado a 107 personas por el delito de homicidio;  315 por porte ilegal de armas y ha incautado 551 armas de fuego ilegales.

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