Las autoridades confirmaron que el cadáver hallado en un cañaduzal de Tuluá (Valle del Cauca) corresponde a un cucuteño identificado como Carlos Villamizar de 39 años de edad. Su cuerpo estaba amarrado de pies y manos y guardado en bolsas de basura.
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Cabe resaltar que el macabro hallazgo se realizó el pasado viernes, cuando trabajadores de un ingenio azucarero del corregimiento de Campoalegre, zona rural, se percataron de un fuerte olor.
“El cadáver estaba en alto grado de descomposición, por lo cual el olor nos alertó de que algo andaba mal. Buscando, encontramos unas bolsas de basura y ahí estaba el cuerpo de este hombre amarrado y con mucha cinta en su cabeza”, informaron los empleados.
Es importante mencionar que las autoridades realizaron la inspección y confirmaron que el asesinato de este hombre fue en otro lugar y trasladaron su cuerpo hasta el cañaduzal.
Por otra parte, Medicina Legal informó ayer que el occiso presentaba diferentes heridas con arma de fuego. Además, tenía una herida en su estómago como consecuencia de una cirugía reciente.
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Por ahora, se desconoce si la víctima tenía familiares en Tuluá, pues su cuerpo aún no ha sido reclamado.
Las autoridades de este municipio ejecutan las respectivas investigaciones, para determinar si la víctima llegó a Tuluá por un negocio o por temas de salud, al parecer, una operación.
Una práctica inusual
Así como sucedió con Carlos en Tuluá, trabajadores de una bodega en Villa del Rosario, el jueves 22 de octubre, debido al olor, encontraron el cadáver de un hombre en una bolsa plástica a pocos metros de su lugar de trabajo.
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En esa zona, según uno de los trabajadores del sector, es común que dejen cuerpos sin vida para que la misma comunidad llame a la Policía.
“En lo que va del año, este es el tercer cuerpo que dejan por ese sitio, el primero fue en febrero, lo tiraron al riachuelo. El segundo también lo arrojaron al riachuelo, pero fue solo la cabeza y ahora este que estaba en el monte”, comentó.
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