Para la familia de José Antonio Santiago Pérez, presidente comunal de la vereda Socuavo Norte (Tibú), estas últimas semanas han sido de desconsuelo y tristeza.
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Días después del homicidio, la hermana del líder sigue invadida por el dolor. Ella no ha dejado de llorar desde que le dijeron por una llamada que a José lo habían asesinado, justo cuando salía de una reunión con su comunidad y se dirigía hacia el casco urbano de ese municipio del Catatumbo.
“Todo esto es muy confuso, nosotros no hemos tenido un solo día de alegría desde que nos enteramos, él era padre de seis hijos que se quedaron sin su bastón. José Antonio los apoyaba y no merecía morir así”, indicó en medio de las lágrimas.
Para ella es difícil pedirle a las autoridades que se haga justicia, en una tierra donde la disidencia del Frente 33 de las Farc y el Ejército de Liberación Nacional (Eln) ejercen poder.
No obstante, en lo profundo de su corazón anhela que los responsables del crimen sean capturados y respondan ante un juez. “¿Qué se puede hacer? Nadie nos va a devolver a ese ser humano amable, dedicado a los demás que prefería darle el pan a los demás y no comer él”, agregó.
Extraoficialmente se supo que José Antonio tenía tres guardaespaldas de la Unidad Nacional de Protección (UNP), luego de sufrir un atentado en 2019. Sin embargo, la camioneta blindada que tenía a su servicio fue hurtada para noviembre del año pasado, por lo que la víctima y sus escoltas se movilizaban en vehículos particulares o motocicletas.
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“El día que ocurrió el hecho, la víctima les ordenó a los escoltas que lo esperaran en el casco urbano de Tibú, mientras él se reunía con su comunidad, ellos se movían en carros o motos comunes y corrientes, la UNP costeaba el alquiler y el combustible mientras le solucionaban el tema de su vehículo blindado”, aseguró una fuente judicial.
La investigación
En su momento el director de la Fiscalía de Norte de Santander, Jesús Ardila, sostuvo que hay un grupo especial de investigadores, al igual que un fiscal, destinados para verificar lo sucedido con el líder comunal.
También varios miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) y de inteligencia de la Policía de Norte de Santander asumieron el caso para identificar a los responsables del crimen.
El coronel Jhon Chavarro, comandante de la Policía de Norte de Santander, explicó que los investigadores judiciales han avanzado en la recolección de información para esclarecer el homicidio.
Así se dio el hecho
José Antonio fue asesinado de dos tiros en la cabeza, hacia las 8:00 de la noche del sábado 4 de febrero, cuando se movilizaba en una motocicleta por una carretera de la vereda La Serena, luego de salir de una reunión con varios habitantes de Socuavo Norte.
Unos hombres armados lo interceptaron y obligaron a bajarse del automotor, luego le dispararon y emprendieron la huida.
“Dicen que José Antonio iba con otra persona, no se sabe si un hijo o un amigo. Los violentos le dijeron al acompañante que se fuera, pero que el líder comunal se quedara. Luego asesinaron al señor (…)”, indicó un habitante de ese municipio.
Los empleados de una funeraria se encargaron de trasladar el cuerpo hasta la estación de Policía de Tibú, donde arribaron los presidentes de algunas juntas comunales para verificar la identidad del fallecido. Luego el cadáver fue trasladado hacia Medicina Legal en Cúcuta.
El lunes, 6 de febrero en la tarde, varios familiares y amigos de la víctima le dieron el último adiós con globos blancos, amarillos y verdes, alusivos a la bandera de las juntas de acción comunal de Colombia.
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