“Hace 12 años el demonio de las drogas le llegó a mi hermano y a nuestro hogar y, aunque luchamos con mi madre, no pudimos”, así se refirió la hermana de Yair Humberto Carrillo Rico, de 26 años, quien fue asesinado este miércoles.

El joven, quien estaba en condición de calle y era consumidor de alucinógenos, era popularmente conocido en el barrio Nuevo Horizonte, de la ciudadela Juan Atalaya, como el Torcido.

Precisamente en una zona boscosa de ese barrio que colinda con el anillo vial occidental y con San Fernando del Rodeo, ocurrió este nuevo crimen.

Al parecer, Yair acostumbraba a utilizar ese lugar como zona de consumo y a las 8:18 minutos de la mañana sonaron varios disparos, pero curiosamente las detonaciones no generaron  ninguna alarma entre los vecinos. Dos horas después, las autoridades conocieron sobre el caso.

“Yo creí que eran los invasores. No pensé en que habían matado a alguien. Luego, como a las dos horas vi a un muchacho gritar que había un cuerpo y ahí todos salieron de sus casas y lo vieron”, contó una vecina.

Cuando la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) llegó a la avenida 16 con calle 22, confirmó que Yair estaba en compañía de otros consumidores y que dos hombres que llegaron en una moto llegaron  preguntándolo.

“Entraron hasta donde él estaba y cuando lo encontraron le dispararon tres veces. Los que estaban con él salieron corriendo a resguardarse y no volvieron”, dijo una fuente judicial.

Mientras tanto, el asesino y su cómplice se fueron de lugar tranquilamente. 

Doble dolor familiar

La hermana de Yair, aseguró que hace 15 días vivieron el dolor de perder a la mamá, quien venía enferma.

“Este es un doble dolor muy grande. En mi familia siempre nos caracterizamos por la humildad y el querer ayudar a las personas, pero Yair no se dejó ayudar. Él nunca fue agresivo. Realmente la muerte de mi mamá hizo que ya no le importara nada”, dijo la hermana.

Yair era el menor de tres hermanos y era padre de una niña de 7 años. Su familiar aseguró que no conocía sobre amenazas o problemas.

“Él nunca contaba nada”, finalizó la hermana.