La reunión familiar de Luis Marín Hernández Moreno la noche del miércoles, terminó en tragedia, luego de que un par de delincuentes entró a la casa, acabando con las risas y la conversación que tenían.

A las 7:20 de la noche, según testigos, dos hombres armados que se movilizaban en igual número de motos llegaron a la tienda, ubicada en la calle 11 con avenida 0, del barrio Motilones, donde estaba Hernández Moreno con sus familiares.

Los asaltantes lanzaron amenazas e intimidaciones con sus armas, para que las personas entregaran sus pertenencias.

En medio del atraco, uno de los ladrones le arrancó la cadena y el teléfono que tenía la esposa de Luis Hernández.

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Por la euforia del momento, cuando la víctima, de 60 años, observó lo que sucedía, se levantó de la silla y reaccionó, defendiendo a su esposa, al parecer, lanzando una botella, pero a uno de los delincuentes no le tembló la mano para dispararle.

‘Mija me dieron’ fue lo que alcanzó a decir el hombre, tras recibir el balazo en el pecho y caer al piso, agonizante.

Mientras los delincuentes huían de la escena en las motos, la familia auxiliaba a Luis Marín, llevándolo al Policlínico de Atalaya, donde minutos después falleció.

Tras este hecho, que dejó consternación y dolor en la familia, ayer, a los seres queridos y vecinos de Hernández Moreno sólo les quedó pedirles a las autoridades que den con los responsables del homicidio y que se haga justicia.

“Don Luis era un gran ser humano, estamos consternados con la noticia y hasta impactados porque uno nunca sabe, los delincuentes pueden estar muy cerca y ni lo sabemos. La inseguridad nos da miedo”, manifestó una vecina del sector.

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Las cámaras de seguridad que hay en el barrio serán fundamentales que para que los investigadores de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) logren identificar a los agresores.

Un vecino amable

La comunidad de ese sector, consternada por lo sucedido, recordaron a Luis Hernández como un hombre fiestero y alegre, pues “se hacía sentir en la cuadra”.

Además, de acuerdo a los habitantes del barrio, él era un vecino muy colaborador, porque siempre estaba pendiente de la seguridad por esa cuadra.

“Es una gran pérdida, nos duele mucho. Él era un hombre muy amable, nunca se negaba a hacer algún favor”, manifestó otra habitante del sector.

La víctima que es oriunda de Cúcutilla, llevaba más de 25 años viviendo en ese punto de la Comuna 7 de Cúcuta.

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