Desde que Wilmer Osney Jaimes Lozano apareció apuñalado a un lado de un camino desolado del barrio San Judas Tadeo, de Villa del Rosario, la mañana del pasado 17 de octubre, las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) comenzaron a recopilar las evidencias suficientes para identificar y capturar al asesino.

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Los investigadores analizaron diferentes elementos hallados en la escena del crimen, así como algunos testimonios, y determinaron que, presuntamente, Jesser Jesús García Morillo, habría asesinado al joven, de 19 años.

Las autoridades están convencidas con que Wilmer Jaimes fue asesinado el 16 de octubre en la noche, cuando transitaba por ese camino, que queda en la calle 21 con avenida 13, consumiendo marihuana y se encontró con Jesser García, quien le pidió que le regalara un poco de droga.

Como la víctima no accedió y siguió caminando, García Morillo la apuñaló en el tórax y el cuello.

“Esperamos tener más detalles del caso, hasta el momento conocemos que habría sido porque la víctima no le regaló un ‘plon’ de marihuana al presunto asesino. Creemos que hay algo más que desencadenó este hecho y estaría ligado al microtráfico”, indicó una fuente judicial.

La víctima, al parecer, después de ser atacada, dio unos pasos y cayó muerta, en medio de la maleza que hay en ese lugar.

Lo localizaron en La Palmita

Con las pruebas recopiladas, las autoridades consiguieron que un juez firmara una orden de captura contra Jesser García Morillo, de quien sabían que diariamente deambulaba por las calles del barrio La Palmita, del  municipio histórico.

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Así fue como el 2 de diciembre, en la mañana, varios funcionarios de la Sijín llegaron hasta una calle de ese barrio para capturar al presunto homicidio.

Un juez mandó a la cárcel al detenido por el homicidio. Las autoridades investigan si pertenecería a alguna banda dedicada al microtráfico, porque tiene antecedentes por estupefacientes.

El día del crimen

Ese día que se presentó el asesinato, un hombre asustado llamó a la Policía a las 6:15 de la mañana, para informar del hallazgo del cadáver en un camino que comunica a San Judas Tadeo con una ladrillera.

Varios uniformados llegaron para confirmar la situación, alertaron a la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno), que adelantó la inspección técnica frente a la mirada de una veintena de curiosos.

Los familiares de Jaimes Lozano también se enteraron de la trágica noticia y entre lágrimas y abrazos intentaron asimilar la muerte de su familiar y le dijeron a los uniformados que atendieron el caso, desconocer la razón del homicidio. 

“Desde las 11:30 de la noche del domingo a mi me dijeron que habían apuñalado a un hombre, pero como ese camino es tan peligroso, sea de día o noche, por la cantidad de consumidores que pasan, preferimos esperar. Al otro día, desde temprano, ya se estaba hablando del joven asesinado”, comentó en ese entonces un habitante de la zona donde se presentó el hecho.

En ese entonces, varias personas resaltaron que en ese punto del municipio histórico hacía falta más presencia policial, pues se habían incrementado los consumidores de drogas y la inseguridad, especialmente por la cantidad de hurtos e intimidaciones que han sufrido habitantes que deben transitar a diario por ese camino de tierra.

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